miércoles, 10 de febrero de 2010

ROBERT CAPA EN CORDOBA: PRIMER ANIVERSARIO DE UNOS HALLAZGOS HISTORICOS ( I )

     Foto: Jose Manuel Serrano Esparza. Espejo, 16 de Junio de 2009

Dentro de pocas semanas se cumple el primer aniversario de los históricos hallazgos realizados durante el mes de marzo de 2009 por Antonio Aguilera (muchacho andaluz alumno del Instituto de Enseñanza Secundaria Vicente Núñez de Aguilar de la Frontera (Córdoba), el auténtico descubridor -tal y como explica Susperregui en la página 100 de su libro- de la línea de montañas del horizonte con las Sierras de Montilla y Cabra en su zona próxima a Castro del Río y Espejo que aparecen al fondo de la foto decisiva de Capa en la que hay cinco milicianos rodilla en tierra armados con fusiles sobre una loma cubierta de trigo y quien verdaderamente saca a todos de Cerro Muriano como ubicación del lugar en el que se hizo la foto The Falling Soldier) y J.M.Susperregui (quien gracias a la información aportada por Antonio Aguilera, la persona clave en la ubicación definitiva de la famosa imagen), pudo descubrir que Robert Capa hizo su famosa fotografía Muerte de un Miliciano en Espejo) demostrando que la foto no fue hecha ni en Cerro Muriano ni en el Cerro de La Coja (pequeña loma ubicada al este de Cerro Muriano y perteneciente al término municipal de Obejo) como se pensaba hasta ahora, de todo lo cual informamos el 1 de Julio de 2009 en el décimo capítulo de nuestra investigación en:

http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2009_07_01_archive.html

aportando además varias pruebas irrefutables de nuestra estancia en Espejo y sus proximidades el 16 de Junio de 2009, día en que con mucho esfuerzo y sudor pudimos identificar y fotografiar la gran loma junto a Espejo en uno de cuyos puntos Capa hizo la foto, y también el Cortijo de Casalilla y Los Molinos del Campo, corroborando así los citados hallazgos, que un mes más tarde, el 17 de Julio de 2009, se atribuyó El Periódico de Catalunya.

Ante el interés que este tema sigue suscitando, les ofrecemos un texto con los aspectos más importantes del artículo publicado en Revista FV Foto-Video Actualidad nº 215 de Octubre de 2009, en el que hemos incluído también otras informaciones y datos que esperamos sean de su interés, así como algunas fotografías realizadas por elrectanguloenlamano en Espejo el 16 de Junio de 2009 seleccionadas de entre un total de aproximadamente 600 hechas tal día durante el verano pasado y que ya aparecieron en la décima parte de nuestra investigación.

MUERTE DE UN MILICIANO DE ROBERT CAPA:
LA CONTROVERSIA QUE NO CESA


“Desde el día de la muerte de mi hermano en 1954, me atormentaba la pregunta de qué sucede con la obra que un fotógrafo deja tras de sí y como hacer que esa obra siga viva”.
Cornell Capa

Uno de los temas de actualidad de este verano, además de las trifulcas políticas, ha sido el de la autenticidad o no de la fotografía Muerte de un Miliciano, de Robert Capa, y el lugar donde se captó la instantánea. José Manuel Serrano Esparza, miembro de la Leica Historical Society of America, nos envió el siguiente artículo que consideramos de sumo interés para nuestros lectores y el público en general:

El auténtico descubridor de Espejo (Córdoba) como el lugar donde Robert Capa hizo su famosa fotografía Muerte de un Miliciano fue el Profesor José Manuel Susperregui, que envió por correo electrónico las dos fotografías decisivas -sobre todo una de ellas en la que aparecen cinco milicianos con fusiles sobre terreno con trigo y un paisaje con montañas en el horizonte- a diferentes ayuntamientos de diversos pueblos de la provincia de Córdoba, hasta que Antonio Aguilera (que fue quien realmente sacó a todos del Cerro de la Coja como ubicación de la famosa foto del miliciano abatido), alumno del IES “Vicente Núñez” del pueblo cordobés de Aguilar de la Frontera, 7,4 km al sur de Montilla, al serle mostrada a principios de marzo de 2009 la foto por su profesor Juan Molleja Martínez, pudo identificar las montañas que se ven al fondo de dicha imagen, como las Sierras de Montilla y Cabra.

Poco después, a mediados de marzo de 2009, J.M.Susperregui, siguiendo la pista de la mencionada decisiva identificación de las montañas de fondo por parte de Antonio Aguilera, descubrió que Capa hizo su famosa foto Muerte de un Miliciano en Espejo, al llegar a la rotonda de este pueblo por la que atraviesa la carretera N-432 Cordoba-Granada, y constatar que el paisaje que se observa desde este punto, ubicado junto al casco urbano de Espejo, es enormemente coincidente con el que se distingue en la citada foto de Capa en la que aparecen cinco milicianos con fusiles, de todo lo cual informa en la página 100 de su libro Sombras de la Fotografía.

El primero en informar desde España sobre este descubrimiento fue Giles Tremlett en The Observer el domingo 14 de junio de 2009.

El auténtico descubridor de que el miliciano no es Federico Borrell García fue Miguel Pascual Mira, que tras muchos años de investigación encontró en 2004 en el Archivo de Alcoy la importantísima prueba de la necrológica escrita por Enrique Borrell Fenollar en Puerto Escandón (Teruel) en memoria de su compañero Federico Borrell García y publicada en el número 13 de la revista anarquista Ruta Confederal de Alcoy, con fecha 23 de octubre de 1937 y que demuestra que Federico Borrell García murió en la Loma de Las Malagueñas, dos kilómetros al sur del pueblo de Cerro Muriano, a causa de un disparo enemigo cuando se encontraba parapetado detrás de un árbol.

Y el auténtico verificador del descubrimiento del profesor Susperregui fue elrectanguloenlamano.blogspot.com el 16 de junio de 2009 en Espejo, identificando la gran loma junto a Espejo en uno de cuyos puntos Robert Capa hizo su famosa fotografía, e identificando además las casas blancas que pueden verse al fondo de las dos decisivas nuevas fotografías desveladas por el ICP durante la exposición itinerante This is War! Robert Capa at War (véase la sección Agenda en FV 214) —una en la que aparecen cinco milicianos con una rodilla en tierra simulando apuntar con sus fusiles contra el enemigo y otra en la que se ve el cadáver del segundo miliciano alcanzado por impacto de bala—, todo lo cual fue publicado en http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2009/07/robert-capa-in-cerro-muriano-and-espejo.html el 1 de julio de 2009. En las fotos 07 y 07b se ve la extensa loma cubierta de olivos a las afueras del casco urbano de Espejo. Ambas fotografías fueron hechas el 16 de junio de 2009, al igual que el resto de las que aparecen en el capítulo 10 de nuestra investigación.

Y en las fotos 03, 04, 05, 06 y otras de esta décima parte
http://elrectanguloenlamano.blogspot.com/2009/07/robert-capa-in-cerro-muriano-and-espejo.html, aparece la Senda de Hornijeros, un punto de la gran loma junto a Espejo actualmente cubierto de olivos —y en el que sólo había trigo en 1936— donde estimamos que Robert Capa y Gerda Taro hicieron las fotografías. Este punto está situado muy próximo a la zona este del casco urbano de Espejo donde se halla la citada rotonda de la carretera N-432 Córdoba-Granada, y muy cerca de la carretera CO-4204 que enlaza Espejo con Nueva Carteya, según se mira de frente desde la citada rotonda hacia el Camino de Sevilla, sobre el que confluye perpendicularmente la Senda de Hornijeros. Estas fotografías fueron hechas también el 16 de junio de 2009, al igual que todas las que ilustran la décima parte de nuestra investigación.

Además, elrectanguloenlamano. blogspot.com identificó también, tras mucho esfuerzo y horas de búsqueda a 40º de temperatura y a pleno sol, las casas de color blanco denominadas Cortijo de Casalilla y Los Molinos del Campo que aparecen al fondo de la fotografía en la que cinco milicianos con una rodilla sobre esta gran loma entonces cubierta de trigo, están simulando abrir fuego con sus fusiles—página 77 del extraordinario libro-catálogo de la citada exposición— así como en la zona superior derecha al fondo de la última foto de la serie de Muerte de un Miliciano -página 85 del mismo libro-, caminando hasta su ubicación actual real y haciendo fotografías de las mismas.

Cabe destacar que el Cortijo de Casalilla que se aprecia en la fotografía de Capa en la que aparecen cinco milicianos (entre las cabezas de los dos más a la derecha) no es sólo la casa rectangular con paredes de piedra más próxima a ellos y al Camino Viejo de Espejo que cruza paralelo, sino también el cercado circundante hecho de piedra y ladrillo visible a la derecha y las edificaciones que se aprecian justo detrás de la citada casa, todo lo cual ocupa aproximadamente un 400% más de espacio que la mencionada construcción rectangular, y debido a su mayor tamaño, son todavía más relevantes para la identificación, ya que aunque hoy en día se hallan en ruinas, en la fotografía de los cinco milicianos rodilla en tierra y simulando que apuntan sus fusiles contra tropas enemigas (de los cuales todos los indicios parecen confirmar que el más próximo a la cámara, vestido con indumentaria blanca, es un veterano jefe anarquista de aproximadamente 50 años, que lleva sobre su cabeza una gorra de plato militar probablemente capturada en el asalto a algún cuartel semanas atrás) tomada por Capa hace 74 años, dichas edificaciones estan incólumes y en pleno funcionamiento, por lo que aunque el 16 de Junio de 2009 hicimos varias fotografías de la casa rectangular (bastante remodelada en diferentes ocasiones después de la Guerra Civil Española), en el capítulo 10 de nuestra investigación optamos por incluir las fotografías que hicimos de las edificaciones de mayor tamaño que en Septiembre de 1936 y durante varias décadas posteriores formaban el núcleo del Cortijo de Casalilla, pese a que en la actualidad se hallan derruidas y cubiertas de muy espesa vegetación.

                             Foto: Robert Capa. Espejo. Septiembre 1936

                            © José Manuel Serrano Esparza. 16 de Junio 2009

Imagen obtenida desde uno de los puntos de la gran loma junto a Espejo en la que Capa hizo su famosa fotografía Muerte de un Miliciano. Obsérvese que la línea de montañas del horizonte con las Sierras de Montilla a la derecha y Cabra a la izquierda es prácticamente idéntica a la que aparece en la citada foto de Capa con cinco milicianos.

A lo largo de la gran loma junto a Espejo que se extiende desde la zona superior de la Senda de Hornijeros y la Senda de Casalilla hasta el cementerio del pueblo, existen diferentes puntos desde los cuales el paisaje en el horizonte (con la Sierra de Montilla a la derecha y la de Cabra a la izquierda, así como el Camino Viejo de Espejo discurriendo paralelo antes de llegar al Cortijo de Casalilla, donde confluye con el Camino de Casalilla) coincide enormemente con el que aparece en la fotografía de Capa con los cinco milicianos y también con la fotografía Muerte de un Miliciano, en cuya mitad inferior derecha se aprecia la cúspide de la Sierra de Cabra y algo debajo, más a la derecha, se ve un tramo de terreno claro horizontal que corresponde a un sembrado que se halla -fuera de imagen- justo a la izquierda del extremo superior izquierdo de la foto con los cinco milicianos.


Dicho sembrado aparece también (esta vez muy claramente visible) en la mitad superior izquierda de la foto vertical Fig 79 pag. 85 del libro catálogo This is War! Robert Capa at Work ICP/STEIDL, en la que se ve a un segundo miliciano fotografiado por Capa tumbado en el suelo boca arriba y simulando estar muerto con su Mosquetón Mauser Modelo 1916 calibre 7 x 57 mm cruzado sobre su zona ventral y que sujeta con la mano izquierda (éste segundo miliciano que aparece fingiendo muerte en esta imagen - obtenida con anterioridad a The Falling Soldier - recibirá un disparo real calibre 7 x 57 mm en la última foto de la serie (pág. 84 Fig 78, tomada justo después de The Falling Soldier y en la que se aprecia a este segundo miliciano sobre el suelo de rastrojos en su zona muy próxima a la trinchera, gravemente herido y con su Mosquetón Máuser 1916 cayendo hacia atrás debido a que el brazo y mano izquierdos han perdido fuerza de agarre) al tiempo que el pico de la Sierra de Cabra y Los Molinos de Aceite aparecen en la mitad superior derecha de esta fotografía, que tanto en la copia original en gelatino bromuro de plata sobre papel fotográfico baritado tamaño 17.8 x 23. 2 cm existente en el ICP de Nueva York, como en la reproducción 12.8 x 19.3 cm de la página 85 del libro catálogo STEIDL/ICP como en el negativo original de nitrato Eastman Kodak Panchromatic blanco y negro de 35 mm muestra en sus esquinas - sobre todo en su extremo superior derecho, justo encima del pico de la montaña que se aprecia sobre los tres Molinos del Campo- un fuerte viñeteado producido por el objetivo no revestido Leitz Summar 50 mm f/2.

El citado tramo de terreno claro horizontal que corresponde a un sembrado y que se diferencia claramente de la zona circundante más oscura ocupada por olivos, aparece también
en la foto de Capa Fig 78 pag 84 del libro catálogo This is War! Robert Capa at Work ICP/STEIDL en la que se ve al segundo miliciano impactado por bala, aún vivo y gravemente herido, en una posición enormemente forzada y agónica (totalmente ajena a su voluntad y que indica claramente que, al igual que ocurre con The Falling Soldier, no se
trata de un posado), como veremos mas adelante.

                            © José Manuel Serrano Esparza. 16 de Junio 2009

Fotografía en color de otro de los puntos de la gran loma junto a Espejo en la que Capa hizo su fotografía Muerte de un Miliciano. La imagen muestra un área muy cercana a la zona superior de la Senda de Hornijeros. La similitud con el paisaje que se ve al fondo de la fotografía de Capa con los cinco milicianos es también muy grande y se aprecian claramente en el horizonte la Sierra de Montilla a la derecha y la Sierra de Cabra a la izquierda.

                            © José Manuel Serrano Esparza. 16 de Junio 2009

Cortijo de Casalilla, hoy en día en ruinas. Al fondo se aprecia la gran loma junto a Espejo en uno de cuyos puntos Robert Capa hizo su foto Muerte de un Miliciano durante la primera semana de septiembre de 1936. A la izquierda de esta imagen en color, varias decenas de metros por delante en dirección hacia la gran loma junto a Espejo y al propio pueblo, podemos ver la casa rectangular con paredes de piedra que ocupaba en 1936 aproximadamente solo una quinta parte del total del Cortijo de Casalilla, del cual la mayoría de sus edificaciones originales se hallan actualmente en ruinas, mientras que el perímetro con muro de circunvalación hecho en piedra y ladrillo con zona superior de tejas ha desaparecido.

                            © José Manuel Serrano Esparza. 16 de Junio 2009

Gran Molino de Aceite o del Campo. Es el segundo de los tres que se distinguen en la mitad superior izquierda de la foto decisiva con los cinco milicianos rodilla en tierra que simulan apuntar sus fusiles. De los otros dos, uno desapareció totalmente y el otro se halla en ruinas y muy deteriorado.

                            © José Manuel Serrano Esparza. 16 de Junio 2009

Imagen captada desde una de las zonas laterales del gran Molino de Aceite o del Campo aún existente. Obsérvese al fondo la gran loma junto a Espejo en uno de cuyos puntos Robert Capa hizo su más famosa fotografía durante la primera semana de Septiembre de 1936.

© José Manuel Serrano Esparza. 16 de Junio 2009

Imagen obtenida con el gran Molino de Aceite o del Campo aún existente, justo detras de cámara, y en la que puede verse al fondo la gran loma junto a Espejo en uno de cuyos puntos Capa hizo su foto Muerte de un Miliciano durante la primera semana de Septiembre de 1936. El tramo de terreno justo por delante de la cámara en esta fotografia en color, corresponde a la ubicación del primer Molino de Aceite - hoy en día desaparecido- más próximo a los cinco milicianos.


Esta identificación del Cortijo de Casalilla y los Molinos de Aceite, realizada tambien el 16 de junio de 2009 por elrectanguloenlamano.blogspot.com, ha sido muy importante para la total verificación de Espejo como el lugar donde Capa hizo su famosa fotografía, y no en Cerro Muriano ni en el Cerro de la Coja (término municipal de Obejo) como se creía hasta ahora, aunque está totalmente demostrado que Robert Capa y Gerda Taro estuvieron gran parte del 5 de septiembre de 1936 en la zona de Cerro Muriano, haciendo fotos en diferentes sectores como el área de fundición y lavadero de la Córdoba Copper Company Ltd., en el propio pueblo de Cerro Muriano, en la zona sur del mismo próxima al paso a nivel cerca de Torreárboles, en la Loma de Las Malagueñas, etc., además de realizar varias fotos de refugiados en diversos tramos de la vía férrea Cerro Muriano-Estación de Obejo-El Vacar pertenecientes a la linea Cordoba-Almorchón, que tiene una longitud total de 133 km y es también conocida por los habitantes de Córdoba capital y sus aledaños como "La Vía de la Sierra".

Las dos importantes fotografías mencionadas —junto con aproximadamente 38 más desconocidas hasta ahora—, fueron desveladas por el International Center of Photography de Nueva York (ICP) durante la gran exhibición itinerante This is War! Robert Capa at Work que se celebró con identico contenido en Nueva York, Londres, Milán, Barcelona y Rotterdam.

Así pues, las identificaciones realizadas por el rectanguloenlamano.blogspot.com el 16 de junio de 2009 han verificado totalmente los descubrimientos de Antonio Aguilera y Susperregui, consiguiendo identificar el 16 de junio de 2009 tanto la gran loma junto a Espejo donde Robert Capa hizo su famosa foto Muerte de un Miliciano, estimamos que un punto de la misma denominado Senda de Hornijeros - en la zona superior de la misma y que está muy cerca de la citada rotonda del casco urbano de Espejo- como las casas blancas que se ven al fondo denominadas Cortijo de Casalillas y Los Molinos del Campo, de las que hice un amplio reportaje fotográfico in situ que puede verse en el capítulo décimo de mi investigación.

Además de en el MNAC de Barcelona, todas las fotografias de la gran muestra itinerante del ICP This is War! Robert Capa at Work estuvieron tambien presentes anteriormente en exhibiciones previas con idéntico contenido de imágenes, que tuvieron lugar en en el ICP de Nueva York (26 de Septiembre de 2007-6 de Enero de 2008), Galería Barbican de Londres (17 de Octubre 2008-25 de Enero de 2009) y Centro Internacional de Fotografía de Milán (27 de Marzo de 2009-21 de Junio de 2009) , siendo Rotterdam la última ciudad que albergó dicha exhibición entre el 10 de Octubre y el 10 de Enero de 2009.

elrectanguloenlamano.blogspot.com publicó el 21 de junio de 2009 en el Capítulo 9 de nuestra investigación un profundo estudio, foto por foto, de las aproximadamente 40 nuevas fotografías desveladas por el ICP durante el periplo mundial de la exhibición This is War! Robert Capa at Work (incluyendo los 21 contactos en blanco y negro realizados a partir de los negativos originales existentes de la serie Muerte de un Miliciano que posee el ICP) que demostraba que no había tropas franquistas atacando a los milicianos mientras Robert Capa y Gerda Taro hacían las fotos, y, en nuestra opinión, los dos milicianos realmente muertos, lo fueron al final, de modo inesperado, a causa de los disparos hechos por un francotirador de tabor de regulares en misión de reconocimiento y espionaje - junto con otros soldados marroquís compañeros de mia- aproximadamente dos semanas y media antes del ataque franquista sobre Espejo, utilizando un fusil Mauser 1893 calibre 7 x 57 mm, siendo la primera muerte instantánea por impacto de bala y la segunda al cabo de muy poco tiempo, tras ser este otro miliciano (que todavía vivo, aparece en el suelo en posición muy agónica) herido de gravedad breves instantes después también por disparo de fusil probablemente hecho por el mismo soldado de tabor de regulares en misión de reconocimiento semanas antes del ataque, que llevaba rato viendo las evoluciones de los milicianos saltando, corriendo, simulando abrir fuego, etc, hasta que llegó un momento en que se enfureció ante tanto simulacro (no ordenado ni dirigido por Capa que no hablaba español ni por Gerda Taro -que hablaba alemán, francés, inglés y muy poco español aprendido en Suiza- tal y como demostramos en el capítulo 9 de nuestra investigación), sino que simplemente fotografiaron lo mejor que pudieron el contexto que surgió, en el que los milicianos anarquistas, muy enfervorizados ante la presencia de dos fotógrafos extranjeros, y exhortados además por al menos un jefe anarquista de unos 45 años de edad, visiblemente mayor que el resto de milicianos - que va vestido con indumentaria de color blanco, lleva gorra de plato militar y aparece en algunas de las fotografías dando órdenes y con afán de protagonismo muy potenciado por la presencia de Gerda Taro - , percibiéndose muy claramente que tiene mando sobre los hombres de la CNT y la FAI de Alcoy-, fueron presa de un entusiasmo revolucionario colectivo y un vehemente deseo de ser fotografiados que actuó como catalizador para que todos hicieran diferentes maniobras aparentando combate en la loma junto a Espejo) y disparó precisamente sobre el miliciano que se había mostrado con mayor ardor y vehemencia hasta ese momento, matándole en el acto mediante un disparo con su fusil Mauser Modelo 1893 apoyado sobre una base estable, y cuya bala de alta velocidad calibre 7 x 57 mm a 730/m segundo atravesó su corazón.

Nunca he concebido la investigación sobre la fotografía Muerte de un Miliciano de Robert Capa como una carrera de ningún tipo, y fui a Espejo el 16 de junio de 2009 no en busca de gloria o protagonismo personal de ninguna especie, sino todo lo contrario: sabía que si era capaz de encontrar tanto la gran loma junto a Espejo en uno de cuyos puntos Capa y Taro hicieron las fotografías asi como las casas blancas que se ven al fondo, ello significaría entre otras cosas que yo había estado equivocado durante muchos años. 

Y así ocurrió, lo cual ha evidenciado entre otras cosas la confirmación de mi error, ya que durante muchos años he creído que la foto había sido hecha en el Cerro de La Coja, una pequeña colina situada al este del pueblo de Cerro Muriano y perteneciente al término municipal de Obejo.



Capa hizo su fotografía Muerte de un Miliciano en Espejo. No hay duda posible a este respecto. El descubrimiento es del Profesor Susperregui y elrectanguloenlamano.blogspot. com fue el autentico verificador de ello el 16 de junio de 2009, aunque no es nuestra intención autoproclamarnos campeones de nada ni sacar pecho en modo alguno, ya que los hallazgos fueron realizados por Antonio Aguilera y el Profesor Susperregui, y durante años han sido muchas las personas que han participado en esta investigación, de las cuales yo soy simplemente uno más.

Además, mi error con respecto a la ubicación de la foto ha sido grande: cuarenta kilómetros de diferencia, por lo que está claro que perdí la partida. No me duelen prendas en reconocerlo.

En cualquier caso, creo que elrectanguloenlamano ha hecho también una aportación importante con la novena parte de nuestra investigación, demostrando que ni Capa ni Gerda Taro intentaron engañar a futuros observadores de las fotos para hacerles creer que había tropas rebeldes atacando y, por supuesto, somos felices de haber podido verificar los importantes hallazgos de Antonio Aguilera -que fue el verdadero descubridor a principios de marzo de 2009 de la línea de montañas del horizonte con las Sierras de Montilla y Cabra así como los Llanos de Banda que se aprecian al fondo de la fotografía de Capa con los cinco milicianos, sacando a todos de Cerro Muriano y el Cerro de la Coja- y de Susperregui -que fue el verdadero descubridor a mediados de marzo de que la foto fue hecha en Espejo-.

No debe haber dudas a este respecto. La línea de montañas con las sierras de Cabra y Montilla identificada por Antonio Aguilera a principios de marzo de 2009 demostrando sin ningún género de dudas que la foto Muerte de un Miliciano no fue hecha ni en Cerro Muriano ni en el Cerro de La Coja (perteneciente al término municipal de Obejo), y la llegada a la rotonda de Espejo a mediados de marzo de Susperregui constatando la enorme similitud del paisaje de la citada foto de Capa con el que se ve desde este punto, han sido los factores decisivos.

De hecho, elrectanguloenlamano.blogspot.com viajó a Espejo el 16 de Junio de 2009 cuando nos enteramos a través de un artículo de Giles Tremlett en The Observer, escrito el 14 de junio de 2009, del hallazgo de Susperregui, ya que sabíamos que la Columna Alcoyana con un total de 1224 hombres -534 soldados leales a la República pertenecientes al Regimiento de Infantería Vizcaya nº 12 de Alcoi y 687 milicianos anarquistas mayormente de la CNT y algunos de la FAI- habían salido de dicha ciudad de la provincia de Alicante el 7 de Agosto de 1936 y al llegar al pueblo de Pedro Abad (Cordoba) el 9 de Agosto de 1936, se había dividido en dos grupos, dirigiéndose un contingente hacia Cerro Muriano y otro hacia Espejo.

NO HUBO NINGUN TRIPODE Y CAPA NO HIZO LA FOTO MUERTE DE UN MILICIANO CON LA ROLLEIFLEX FORMATO MEDIO 6 X 6 CM DE GERDA TARO, SINO CON UNA LEICA III (Model F 1933-1939) CON OBJETIVO LEITZ SUMMAR 50 MM F/2 NO REVESTIDO
En otro orden de cosas, no estamos en absoluto de acuerdo con muchas de las hipótesis defendidas por Susperregui con respecto a la famosa fotografía de Capa, en especial su afirmación de que Robert Capa dió instrucciones al miliciano para tirarse hacia atrás simulando muerte por impacto de bala para levantarse después, y que para realizar tal supuesta simulación utilizó un trípode con la Rolleiflex de formato medio 6 x 6 cm de Gerda Taro montada sobre él para hacer la foto Muerte de un Miliciano y también la siguiente.

De hecho, las nuevas fotografías de Robert Capa y Gerda Taro mostradas durante la exhibición itinerante This is War! Robert Capa at Work celebrada en Nueva York, Londres, Milán, Barcelona y Rotterdam dejan muy claro que Capa utilizó una Leica III (Model F 1933-1939) de formato 35 mm, con objetivo no revestido Leitz Summar 50 mm f/3.5, y Gerda Taro una Rolleiflex Standard K2 Model 622 de formato 6 x 6 cm, con un objetivo no revestido Carl Zeiss Jena Tessar 7,5 cm f/3,5.

Sinceramente, no nos imaginamos a Robert Capa yendo a la guerra con un trípode o cargando con él de un lado a otro, ya fuere en zonas de combate o en retaguardia.

Entendemos que el estilo de fotografiar de Capa, su dinamismo, el querer estar siempre lo más cerca posible de la acción, su afán constante por captar la fotografía ante todo y para todo (con lo cual la velocidad al trabajar con la cámara y de reaccionar ante contingencias inesperadas o momentos decisivos era muy importante), la propia personalidad de Capa, muy renuente a atarse a nada, y muchos más factores, hacen en mi opinión del todo punto inviable la hipótesis del trípode.

Además, en 1936, los trípodes existentes eran generalmente de madera, muy grandes y pesados. Habría sido engorroso de transportar, e ir con él de un lado a otro habría incrementado notablemente los niveles de fatiga y stress, llamando asimismo la atención en exceso en muchas situaciones donde la rapidez de movimientos y la discreción eran con frecuencia fundamentales.

Ni que decir tiene que ni Capa ni Taro respondían en absoluto al arquetipo de fotógrafo artístico que utiliza su cámara fotográfica sobre un trípode para conseguir la máxima calidad técnica posible desde el punto de vista del poder de resolución, precisión en los encuadres, nitidez, ausencia de trepidación, etc, al estilo por ejemplo de Irving Penn con su Rolleiflex 6 x 6 cm realizando en 1951 su excelente retrato Mujer en Palacio Marroquí con Lisa Fonssagrives-Penn posando como modelo en Marrakeh, o de otros grandes maestros del uso de Rolleiflex sobre trípode como David Bailey, Clifford Coffin, Richard Avedon, Cecil Beaton, Bert Stern, Bruce Weber, etc.

En el fotoperiodismo de guerra realizado por Capa y Taro, la perfección técnica de las imágenes captadas no es el factor clave.

Capa tiraba a pulso con su Leica telemétrica de 35 mm y Gerda Taro tiraba también a pulso con su Rolleiflex Standard de 6 x 6 cm.

Ello es muy palpable en el contacto 24 x 36 mm número 549 correspondiente a la estancia de ambos en Santa Eulalia (Frente de Aragon) a mediados de agosto de 1936, aproximadamente dos semanas y media antes de marchar a Córdoba.

En esta fotografía que hace Capa con su Leica III (Model F) y objetivo Leitz Summar 50 mm f/2 no revestido a Gerda Taro (que aparece a la izquierda del negativo) y a varios milicianos y un soldado regular republicano agachado con casco (a cuya derecha se distingue un paisaje con cultivos de terraza), se ve a Gerda Taro que está sujetando su Rolleiflex Standard de 6 x 6 cm con ambas manos, preparándose para hacer fotos y con una actitud que indica muy claramente que su manera de fotografiar es disparando a pulso con la cámara a la altura de la cintura, mirando a traves del visor de capuchón.

Y por supuesto, no hay ningún trípode.

Por otra parte, el viñeteado que se aprecia en las esquinas de esta foto (sobre todo en la superior izquierda y la superior derecha) así como el flare que se observa en la mitad superior izquierda del fotograma, el escaso contraste, el poco detalle en las sombras, las pronunciadas zonas highlight, etc, indican claramente que Capa ha usado un objetivo no revestido Leitz Summar 50 mm f/2 de 6 elementos en 4 grupos y esquema óptico Gauss conectado a su Leica III (Model F 1933-1939), la misma cámara y objetivo que utilizó al hacer la foto Muerte de un Miliciano a pulso y sin trípode poco después, durante la primera semana de septiembre de 1936, en un punto de la gran loma junto a Espejo (Córdoba).

NO HUBO NINGUN RECORTE A PARTIR DE UN HIPOTETICO NEGATIVO 6 X 6 CM, YA QUE LA FOTO MUERTE DE UN MILICIANO FUE CAPTADA EN ESPEJO POR CAPA IMPRESIONANDO UN NEGATIVO BLANCO Y NEGRO 24 X 36 MM EASTMAN KODAK PANCHROMATIC DE NITRATO Y SENSIBILIDAD WESTON 32, EQUIVALENTE A APROXIMADAMENTE ISO 40
Tampoco compartimos en absoluto la tesis de Susperregui de que la fotografía Muerte de un Miliciano que apareció en Life en 1937 en proporción mucho más cuadrada que en Vu, se deba a un recorte a partir de un hipotético negativo de formato medio cuadrado 6 x 6 cm expuesto por Capa con la Rolleiflex de formato medio cuadrado de Gerda Taro montada sobre trípode, tal y como afirma basándose en las diferencias de proporción con respecto a la misma foto mucho más apaisada que aparece en la revista francesa Vu del 23 de Septiembre de 1936, en la que se ve mucha menos cantidad de cielo, así como en el hecho de que un negativo original de 35 mm con aspect ratio 3:2 no permitiría hacer la imagen de Life (mucho más cuadrada, con aspect ratio 13:10) manteniendo toda la parte inferior del fotograma y a la vez existiendo tanta cantidad de cielo de mitad de la imagen hacia arriba, lo cual sería imposible porque excedería los limites del borde superior de un negativo de 24 x 36 mm.

Pero ello no significa en absoluto que Capa hiciera la foto con la Rolleiflex Standard 6 x 6 cm de Gerda Taro y que usara un trípode. De hecho, Capa hizo la foto con una Leica III (Model F 1933-1939) y un objetivo Leitz Summar 50 mm f/2 no revestido, y por supuesto, no usó ningún trípode en Espejo.

Existen a nuestro entender otras dos hipótesis mucho más probables -sobre todo una de ellas-, explicadas en el capítulo 9 de nuestra investigación:

a) La creación en París mediante ampliadora de copias en formato 4/3 a partir del negativo original de 35 mm de proporción áurea 3:2, si por algun motivo la fotografia Muerte de un Miliciano fue captada con un encuadre no demasiado preciso y con más zona expuesta en su zona derecha, donde quizá pudo hacerse el corte para realizar primeras copias en papel fotográfico en proporción cuatro tercios que es la que mejor se adaptaba entonces y también hoy en día a la inmensa mayoría de publicaciones, y es con ello con lo que trabajaban habitualmente los editores de la época cuando no podían contar con el negativo original, reencuadrando a continuación las fotos conforme a las necesidades de maquetación y paginación de cada revista, periódico, etc, entre las que Life no era excepción, y un aspect ratio de imagen 4/3 o tipo 4 x 5 de gran formato se ajustaba mucho mejor a sus criterios de paginación y tamaño de la revista.

Pero esta hipótesis exigiría que en el negativo original de 24 x 36 mm de Muerte de un Miliciano hubiera como mínimo aproximadamente un 30% más de imagen a la derecha que lo que se ve en la fotografía, algo que aunque en mi opinión no puede descartarse por completo, parece muy poco probable.

b) Cada vez cobra mayor fuerza la segunda hipótesis: que los editores de la revista ilustrada Life, conscientes de la enorme importancia de esta fotografía en aquellos momentos y en muy diversos ámbitos, decidieron que para adecuar la foto del miliciano al formato de la revista, era necesario obtener una imagen mucho más cuadrada que la aparecida en Vu el año anterior (y también más cuadrada que el aspect ratio 3:2 de la fotografía original hecha por Capa con su Leica telemétrica en Espejo), preservando a la vez el 100% de la zona inferior de la fotografía, lo cual sólo era posible extendiendo algo de cielo hacia arriba - excediendo los límites de la copia vintage que tenían- mediante clonación analógica.

Todo apunta a que lo primero que hicieron fue una repro de la copia vintage que tenían, de tal manera que al realizar el copy negative en la mesa de reproducción, encuadraron sobre dicha copia vintage dejando la zona inferior de la misma tal y como estaba, pero agrandaron la imagen hacia arriba (única opción que tenían), encuadrando bastante por encima de su límite superior, a fin de dejar el suficiente espacio para poder añadir después sobre esta nueva copia de copia, mediante clonación analógica hacia arriba, el porcentaje de cielo que no existía en la copia vintage original pero que era necesario añadir (aproximadamente un 28% más) en esta nueva copia de copia para dejar la imagen en un formato 13:10, mucho más cuadrado, que es lo que necesitaban, y preservar a la vez toda la zona inferior de la copia original.

Y a partir de esta copia de copia (a la que agregaron aproximadamente un 28% más de cielo en la zona superior que el existente en la copia vintage original con aspect ratio 3:2, así como algo de retoque ensombrecedor mediante air brushing para añadir mayor dramatismo e impacto) mucho más cuadrada que la original, ya únicamente tuvieron que hacer manualmente sobre la copia de copia los cortes verticales a la derecha y a la izquierda para eliminar el espacio sobrante que había quedado al hacer el encuadre descrito anteriomente durante la elaboración del copy negative de la copia vintage original en la mesa de reproducción.

Y una vez obtenida esta copia de copia mucho más cuadrada, con aspect ratio 13:10, sobre papel fotográfico, fue a partir de ella con lo que hicieron la placa de medio tono que se utilizó en fotomecánica.

Obviamente, desde un punto de vista apriorístico, coincido con el razonamiento de Susperregui: la fotografía que aparece en el número 445 de la revista francesa Vu del 23 de septiembre de 1936 tiene una relación 3´75 : 2´15 (más apaisada aún que la proporción 3:2 correspondiente a una Leica de 35 mm), por lo que el reencuadre efectuado por el editor de Vu fue posible sin problemas a partir de un negativo de 24 x 36 mm cortando la parte superior de la fotografía para ajustar la página y dejar toda la zona inferior del fotograma intacta, mientras que la fotografía que aparece en páginas interiores de la revista Life volumen 3, numero 2 del 12 de julio de 1937 es teóricamente imposible que proceda de un negativo de 35 mm, porque la fotografía original no podría contener tanta zona superior de cielo como la que aparece en la imagen de la revista norteamericana, mucho más cuadrada que la de Vu.

Pero dar por sentado por ello que la fotografía fue hecha por Capa con la Rolleiflex Standard de formato medio 6 x 6 cm de Gerda Taro carece en mi opinión de fundamento, ya que si observamos con detenimiento la imagen de Muerte de un Miliciano en la revista Vu y Muerte de un Miliciano en Life, vemos que además de que la de Life es mucho más cuadrada, existen otras diferencias importantes:

La imagen de Vu tiene mucha más calidad y el nivel de detalle en la ropa del miliciano, las cartucheras de cuero, la tela y pliegues del pantalón y los rastrojos es mayor que en la fotografía de Life.

Una diferencia que se acentúa mucho más si comparamos las nubes, que en la imagen de Vu se aprecian claramente, tanto en sus formas como incluso en sus texturas, en sentido longitudinal desde la zona estomacal del miliciano hacia la zona central del borde derecho de la fotografía, mientras que en la imagen de Life dichas nubes prácticamente no se distinguen y el espacio que ocupan en la imagen de Vu aparece ahora como una especie de gran mancha blanca muy difuminada que abarca desde aproximadamente la cartuchera de cuero negro más próxima a la pierna izquierda del miliciano, en sentido longitudinal izquierda derecha, y que se va oscureciendo progresivamente hasta alcanzar ell borde derecho del fotograma, lo cual se mantiene en línea ascendente hasta llegar aproximadamente a la zona en que comienza el último tercio superior de la imagen, momento a partir del cual la imagen se va oscureciendo hasta llegar al borde superior del negativo (si bien durante dicho recorrido ascendente se aprecian algunas zonas más blancas).

Pero en cualquier caso, la imagen de Life, además de tener menor calidad que la de Vu, muestra un oscurecimiento general mucho mayor, sobre todo en la zona de las nubes (prácticamente indiscernibles en esta foto del miliciano en Life) que se acentúa todavía más por encima de ellas hasta llegar al borde superior.

Puede comprobarse ésto tanto en la contraportada del libro catálogo This is War! Robert Capa at Work en que aparece la fotografía del miliciano publicada por Life como en la página 59 del citado libro que incluye la página de Life 12 de Julio 1937, así como en un número original de Life 12 de Julio 1937 y se repite lo mismo.

A lo cual hay que añadir un hecho importante que diferencia aún más si cabe la imagen de Life con respecto a la de Vu (además de las distintas proporciones): la imagen de Life presenta una gruesa banda oscura longitudinal que parte del hemitórax izquierdo del miliciano y se extiende en sentido izquierda derecha hasta llegar al borde derecho de la imagen, a lo cual hay que añadir otra banda oscura vertical - aproximadamente el doble de ancha que la banda oscura longitudinal- que se extiende desde el borde superior derecho de la imagen hasta la Sierra de Montilla.

Estas dos franjas gruesas oscuras no aparecen en absoluto ni en la foto Muerte de un Miliciano de Vu (imagen superior de la pagina 1106) ni en la del segundo miliciano impactado por bala que cae en un punto muy próximo (no exactamente el mismo) y aparece todavía con vida, gravemente herido, en posición muy agónica y con el mosquetón Mauser 1916 que cae hacia atrás -al quedar prácticamente exánime su brazo derecho y perder fuerza de agarre su mano derecha- y se halla tocando el suelo (imagen inferior de la página 1106). En esta foto de Vu, al igual que en la del más famoso miliciano de la historia que está justo sobre ella en la pagina 1106, las nubes (que se hallan prácticamente en idéntica posición) aparecen perfectamente visibles e incluso se aprecia algo de su textura y formas.

Sin ningún género de dudas la fotografía Muerte de un Miliciano fue hecha por Robert Capa con su Leica III (Model F 1933-1939) con objetivo no revestido Leitz Summar 50 mm f/2, cuyo viñeteado muy característico es únicamente reconocible en la reproducción de Life en la esquina inferior izquierda, debido al notable oscurecimiento fruto del retoque con air brushing y de la clonacion analogica de cielo hacia arriba (y que no contenia la copia vintage original que tenian) que incorpora esta imagen en la revista norteamericana, que hace que la perdida de luminosidad en la esquina superior izquierda y superior derecha sea indiscernible.

Sin embargo, el viñeteado existente en el negativo original 24 x 36 mm en la esquina superior izquierda (buena parte de él, ya que la imagen ha sido algo recortada en su zona superior, convirtiendo el aspect ratio 3:2 del negativo original de 24 x 36 mm a 3´75 :2´15) , inferior izquierda (íntegramente) y superior derecha (buena parte de él, ya que la imagen ha sido algo recortada en su zona superior, convirtiendo el aspect ratio 3:2 del negativo original de 24 x 36 mm a 3´75:2´15) es perfectamente reconocible en dichas esquinas en la fotografía que aparece en Vu (mucho menos oscura y con muy superior calidad de imagen comparada con la de Life), mientras que en la copia vintage sobre papel texturizado que se halla actualmente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (igualmente menos oscura y con mayor calidad de imagen que la de Life, aunque no tan buena como la de Vu o las copias de alta calidad lisas y satinadas que existieron entre 1936 y 1939), se aprecia el viñeteado del Leitz Summar 50 mm f/2 no revestido en la esquina superior izquierda e inferior izquierda de la imagen, pero no en la esquina superior derecha, en la que el retoque efectuado oscureciendo tanto esta esquina como su zona circundante (sobre todo hacia la izquierda) para añadir dramatismo, ha hecho desaparecer el viñeteado original también en dicha esquina superior derecha en esta copia vintage texturizada donada por Edward Steichen.

No obstante, todos los indicios apuntan a que esta valiosa copia vintage sobre papel texturizado de Muerte de un Miliciano donada por Edward Steichen (que se halla en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y que tiene una notable calidad de imagen - aun siendo más oscura que la foto de Vu, se distinguen bastante bien tanto la forma de las nubes como sus texturas, algo comprobable en la página 70 del libro catalogo This is War! Robert Capa at Work ICP/STEIDL-, destacando también la presencia de retoque ensombrecedor, sobre todo en su zona superior, para añadir dramatismo, cuyo aspect ratio es exactamente 3:2, es decir, la proporción del negativo 24 x 36 mm) fue realizada en París proyectando mediante ampliadora y sobre papel texturizado el fotograma original de 35 mm expuesto por Capa en Espejo durante la primera semana de Septiembre de 1936, respetando las proporciones del negativo original Leica 24 x 36 mm, teniendo lugar el retoque posteriormente.

Es decir, la copia que se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York es la foto con las proporciones exactas tal y como la sacó Capa en Espejo, lo cual descarta prácticamente por completo la hipótesis de que en el negativo original de 35 mm podría haber un 30% o más de espacio a la derecha que lo que se ve en las fotos en papel y en revistas que conocemos del miliciano muerto en el acto y verifica totalmente que en la imagen con aspect ratio 13:10 aparecida en Life en formato mucho más cuadrado, similar en proporción a un negativo de gran formato 4 x 5 pulgadas (10 x 12 cm), probablemente lo primero que se hizo fue una repro de la copia vintage que tenían, de tal manera que al realizar el copy negative en la mesa de reproducción, encuadraron sobre la copia vintage dejando la zona inferior de la misma tal y como estaba, pero agrandaron la imagen hacia arriba (única opción que tenían si querían hacer una imagen más cuadrada con más cantidad de cielo en su zona alta y respetando a la vez toda la zona inferior), encuadrando bastante por encima de su límite superior, a fin de dejar el suficiente espacio para poder añadir después sobre esta nueva copia de copia, mediante clonación analógica hacia arriba, el porcentaje de cielo que no existía en la copia vintage original pero que era necesario añadir (aproximadamente un 28% más) en esta nueva copia de copia para dejar la imagen en un aspect ratio 13:10, mucho más cuadrado, que es lo que necesitaban, y preservar a la vez toda la zona inferior de la copia original.

Y a partir de esta copia de copia (que incluía aproximadamente un 28% mas de cielo en la zona superior que el existente en la copia vintage original con aspect ratio 3:2, así como algo de retoque ensombrecedor mediante air brushing para añadir mayor dramatismo e impacto), mucho más cuadrada que la original y que se adaptaba bastante mejor al tamaño y exigencias de paginación de Life, hicieron la placa de medio tono con la que se trabajó en fotomecánica.

Por otra parte, muy probablemente, la imagen Muerte de un Miliciano que aparece reproducida en Vu fue editada a partir del negativo original de 35 mm revelado en París por Imre Weisz, ya que las publicaciones ilustradas europeas más selectas de la época (entre las que figuraba Vu) insistían en trabajar con negativos originales para obtener placas con medios tonos y conseguir así la máxima calidad de imagen de las fotografías en sus páginas.

Creo sinceramente que la prioridad editorial de Vu a la hora de insertar la imagen del miliciano en su número del 23 de Septiembre de 1936 era tratar de lograr la mejor calidad de reproducción posible y a la vez adecuar el recorte de imagen a los criterios de paginación de Vu, con lo cual al decidir dejarla en una ratio 3´75 : 2´15, no tuvieron ningún problema: simplemente recortaron algo de cielo de la zona superior del negativo 24 x 36 mm con ratio 3:2 expuesto en Espejo por Capa con su Leica telemétrica, preservando toda la zona inferior del fotograma, con lo que obtuvieron una imagen bastante apaisada.

Sin embargo, con la fotografía publicada por Life en 1937, de calidad visiblemente inferior a la de Vu, las cosas fueron mucho más complicadas: parece claro que más que conseguir la máxima calidad de reproduccion posible, la necesidad más acuciante era adaptar la imagen original con aspect ratio 3:2 a un aspect ratio 13:10 bastante más cuadrado, similar en proporcion a las imagenes 4 x 5´ (10 x 12 cm) de gran formato realizadas por Margaret Bourke White (y que habían marcado la diferencia desde el número 1 de Life con Henry Luce como propietario, aparecido el 23 de noviembre de 1936), que se ajustara mucho mejor a los criterios de paginación de Life (en esos momentos una revista de gran éxito, que llevaba ocho meses en circulación desde su lanzamiento a finales de noviembre de 1936 como revista semanal ilustrada, que había llegado al millón de ejemplares vendidos en marzo de 1936, aproximándose a los dos millones en julio de dicho año y comenzaba a tener notable proyección internacional).

Pero era a la vez muy importante preservar íntegramente la zona inferior de la imagen, ya que la ubicación del miliciano a la izquierda del fotograma en lugar de en el centro es uno de los muchos aspectos destacados de esta extraordinaria fotografía, por lo que teniendo en cuenta además el contexto histórico en 1937 y la enorme importancia que tenía este icono en diferentes vertientes de todo tipo, estoy convencido de que aun a costa de perder algo de calidad de imagen desde el punto de vista de la nitidez, contraste y nivel de detalle (de por sí bastante limitados en el negativo original, ya que la fotografía Muerte de un Miliciano, aun siendo impresionante, es bastante imperfecta desde un punto de vista técnico y de gama tonal) se optó por hacer una repro de la copia vintage que tenían, de tal manera que al realizar el copy negative en la mesa de reproducción, encuadraron sobre dicha copia vintage dejando la zona inferior de la misma tal y como estaba, pero agrandaron la imagen hacia arriba (única opción que tenían si querían mantener intacta toda la zona inferior), encuadrando por encima de su límite superior, a fin de dejar el suficiente espacio para poder añadir despues sobre esta nueva copia de copia, mediante clonacion analógica hacia arriba basada en retoque, el porcentaje de cielo que no existía en la copia vintage original pero que era necesario añadir (aproximadamente un 28% mas que en la copia vintage original) en esta nueva copia de copia para obtener una imagen mucho más cuadrada, con aspect ratio 13:10, que es lo que necesitaban, y preservar a la vez toda la zona inferior de la copia vintage original.

Y a partir de esta copia de copia elaborada por el Departamento de Arte de Life (a la que se agregó aproximadamente un 28% más de cielo en la zona superior que el existente en la copia vintage original con aspect ratio 3:2, así como algo de retoque ensombrecedor mediante air brushing para añadir mayor dramatismo e impacto), mucho más cuadrada que la original, hicieron la placa de medio tono con la que se trabajó en fotomecánica.

De este modo, en la revista Life del 12 de Julio de 1937 apareció una imagen de Muerte de un Miliciano en tamaño grande, en la que aun habiéndose perdido algo de calidad durante la fase previa de "adaptación" de la copia vintage original de que disponían(como veremos mas adelante, una copia vintage lisa y brillante en vez de el negativo original utilizado diez meses antes en la capital gala por Vu para elaborar la placa de medio tono con la que trabajaron en imprenta) a una nueva copia en papel obtenida haciendo un copy negative de la citada copia vintage que tenían, y añadiendo a continuacion sobre la nueva copia en papel el aproximadamente 28% de porcentaje de cielo hacia arriba que necesitaban excediendo los límites superiores de la imagen original y añadiendo algo de retoque ensombrecedor en ciertas zonas, fue suficiente para conseguir todo el impacto posible en aquel momento, lo cual constituía con diferencia el objetivo mas importante, ya que en esta fotografía auténtica y representativa es mucho más trascendental el momento captado que la calidad técnica de la imagen.

Así pues, parece claro que la placa de de medio tono final obtenida para ser utilizada en fotomecánica y con la que se realizó la impresión en papel de los cientos de miles de ejemplares de Life del 12 de Julio de 1937, llevaba ya tanto el air brushing analógico oscurecedor visible en varias zonas y aplicado para dar mayor impacto a la fotografia (algo que Life haría también, diez meses después, con la famosa foto de Capa del soldado nacionalista chino de 15 años, cuyo fondo se oscureció notablemente mediante retoque analógico con air brushing antes de realizar la placa de impresión half tone para conseguir así un mayor dramatismo e impacto en la portada del número de 16 de mayo de 1938) como la extensión de cielo clonado analógicamente por encima del límite superior de la copia vintage que tenia Life, algo necesario para poder lograr una imagen reproducida con aspect ratio 13:10, mucho más cuadrado que el de la copia vintage original.

De este modo, la placa de impresión de medios tonos con la que se trabajó en la fotomecánica de Life mantenía íntegra toda la parte inferior de la copia original, pero tenía mayor altura, ya que incluía un porcentaje significativo de cielo en su mitad superior que no existía en dicha copia vintage en papel.

Por otra parte, existen factores añadidos que en mi opinión refuerzan todavía más lo anteriormente explicado: la inmensa mayoría de copias modernas de Muerte de un Miliciano han sido realizadas teniendo como base un copy negative de una copia vintage original que fue donada por Edward Steichen al Museo de Arte Moderno de Nueva York, a partir del cual la extraordinaria printista y experta en Fine Art Teresa Engle Moreno realizó desde 1993 soberbias copias en tamaño 40 x 50 cm para el Tokyo Fuji Art Museum y la colección permanente del ICP de Nueva York y una copia en tamaño 38´8 x 48´8 cm para el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Pero aún siendo auténticas obras maestras teniendo en cuenta la dificultad enorme que supone obtener estos niveles de calidad mediante copia de copia en tamaños de aproximadamente 40 x 50 cm, es importante saber que la citada copia vintage donada por Edward Steichen (y de la que se han hecho después durante décadas practicamente todas las copias de la foto Muerte de un Miliciano), fue realizada sobre papel texturizado, con lo cual es de menor calidad que las copias vintage con superficies planas y satinadas de la foto Muerte de un Miliciano que existieron entre finales de Septiembre de 1936 y 1939, y cuyo paradero sigue siendo un misterio.

Estas excelentes copias debían ser similares en calidad y estética a las copias vintage lisas y satinadas que durante los años treinta se hicieron de fotografías como "Estudio de Tela" de Alexander Khlebnikov, "Pescando Cerca de Barcas" y "Les Clochards" de Fertal Studio, "Terraza de Restaurante" de Heinrich Koch, "Cabeza de Maniquí" de Werner Rohde, "Berlin Postdamer Platz" de Sasha Stone,etc, que tenían como denominador común habitual el haber sido realizadas en tono cálido y con frecuencia sobre papel grueso chamois, sin llegar lógicamente al extraordinario nivel de calidad de posteriores copias vintage lisas y satinadas que se hicieron por ejemplo durante los años cincuenta (con fotografías de moda de Walde Huth, "Navidad en Paris" de Rene Jacques, "Abstracción de Vidrio" de Franz Lazi sobre papel Agfa-Brovira) y sesenta (con muchas fotografías de moda de Hubs Flotter sobre papel Agfa o por ejemplo con la fotografía del Viejo Cementerio Judío de Praga de Werner Neumeister), debido a las limitaciones inherentes al grano de las películas químicas de la época, menor variedad de papeles fotográficos, menor gama de reveladores, etc, pero en cualquier caso, las citadas copias lisas y brillantes de los años treinta eran de excelente calidad y sobre todo bastante fieles al negativo original.

No cabe ninguna duda de que Life debió trabajar con una de estas primeras copias vintage originales de muy buena calidad realizadas en la capital francesa proyectando con ampliadora sobre papel fotográfico el fotograma de 35 mm expuesto por Capa en Espejo con su Leica durante la primera semana de septiembre de 1936, porque en mi opinión resulta impensable que el negativo original viajara de París a Nueva York.

Además, Cziki Weisz solía cortar los rollos de película de 35 mm en negativos individuales o bien en grupos de dos o tres fotogramas, intentando así tener diferentes negativos disponibles para las publicaciones que deseaban trabajar con negativo original y obtener medios tonos y máximas calidades posibles de reproducción, que pese a ser un grupo selecto, eran las que mejor pagaban. Y el envío de la imagen mediante telefotografía era algo que ni siquiera se contemplaba, ya que la calidad de imagen habría sido muy baja. Por tanto, Life tuvo que trabajar con una primera copia de muy buena calidad hecha a partir del negativo original 24 x 36 mm por Imre Weisz en París y que tuvo que llegar a Nueva York por avión o barco entre Octubre de 1936 y Junio de 1937.

Dicha copia vintage tuvo que ser hecha en París por Cziki Weisz -experto laboratorista y fotógrafo húngaro, amigo personal y darkroom manager de Robert Capa en la capital gala- a partir del negativo original 24 x 36 mm, usando para ello probablemente una ampliadora autofocus Leitz Focomat Modelo 1934 (capaz de utilizar negativos de 35 mm, 3 x 4 cm y 4 x 4 cm, dotada con un objetivo para ampliación Leitz Varob 5 cm f/3.5 o Elmar 5 cm f/3.5 y con un rango AF 2x-10x) o bien una Leitz Focomat II Modelo 1935 (capaz de utilizar negativos desde formato 35 mm hasta 6 x 9 cm, dotada con objetivo 9.5 cm f/4 VOORT con rango AF 1.8x-6x como óptica principal y un Varob 5 cm f/3.5 o Elmar 5 cm f/3.5 con montura de rosca y rango AF 2x-13x como opción extra, con la ventaja añadida de que esta ampliadora en la versión existente en aquellos momentos, llevaba una helicoidal individual que permitía acoplarle objetivos para ampliación fabricados por diferentes marcas) y enviada a Life para que la gran revista semanal ilustrada de Henry Luce reprodujera la fotografía en su número de 12 de Julio de 1937.

Esta primera copia vintage con superficie lisa y brillante de Muerte de un Miliciano que utilizó Life era con toda probabilidad de mayor calidad que la posterior texturizada de la que se han hecho prácticamente todas las copias que conocemos (con excepción de algunas con muy baja calidad realizadas a partir de la copia existente en el archivo de Salamanca, muy deteriorada, repleta de scratches, excesivamente sobreexpuesta en su zona derecha donde una gran área high key - quizá producto de abrasión de superficie - alcanza el nivel de la tiza y en la que se ha recortado parte de la zona inferior derecha del negativo original).

Sin embargo, la calidad de imagen de la fotografía Muerte de un Miliciano que apareció en el mencionado número de Life del 12 de Julio de 1937 es claramente inferior a la de Vu del 23 de Septiembre de 1936 como vimos anteriormente, y también inferior a las soberbias copias realizadas por Teresa Engle Moreno (más oscuras que la imagen de Vu) partiendo de la copia texturizada existente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en las que la gran printista ha conseguido preservar un ligeramente mayor grado de detalle en las nubes, lo cual es a mi entender un gran logro, ya que Life trabajó con una copia vintage de mayor calidad, con superficies planas y satinadas, hecha a partir del negativo original 24 x 36 mm, mientras que las copias del Tokyo Fuji Art Museum, colección permanente del ICP en Nueva York y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia de Madrid son copia de copia.

Pero ello indica también, con muy poco margen para la duda, que debido a la absoluta necesidad de ajustar a tamaño mucho más cuadrado estilo 4 x 5 (10 x 12 cm) gran formato una imagen original hecha con una cámara de 35 mm con negativo de aspect ratio 3:2, Life hizo una repro de la copia vintage de Muerte de un Miliciano que tenían, dejando el suficiente hueco a los lados para poder reencuadrar y extender cielo hacia arriba rebasando los límites superiores de la citada copia vintage que tenían, hasta dejar la imagen en un aspect ratio 13:10 mucho más cuadrado, además de que también existen claros indicios de que Life aplicó a esta copia de copia air brushing analógico oscurecedor en extensas zonas para añadir dramatismo e impacto (algo que Life hizo también como ya se ha comentado anteriormente diez meses después con la foto obtenida por Capa en Hankou, China, a finales de Marzo de 1938, de un soldado nacionalista chino de 15 años, que fue portada de Life en su numero de 16 de Mayo de 1938, habiéndose aplicado previamente a la copia de que disponían algo de airbrushing analógico para oscurecer el fondo de la imagen y hacerla mas dramática e impactante, y una vez conseguido ésto, a partir de ahí crearon la placa de medios tonos utilizada en fotomecánica para reproducir la fotografía en la citada portada de Life), ya que el negativo original 24x36mm expuesto por Capa en Espejo es mucho menos oscuro - y la copia lisa y satinada de Muerte de un Miliciano que tenia Life era también bastante menos oscura que la reproducción de la misma que apareció en el número de 12 de Julio de 1937-, y a la hora en que Capa hizo la foto, aproximadamente entre las 17:30h y las 18:00 h de la tarde, había un sol brillante.

Y con esta copia de copia (que incluía tanto la zona de cielo superior no existente en la copia vintage original como el retoque ensombrecedor para añadir impacto y dramatismo mediante air brushing), se hizo la placa de medio tono para imprenta.

A mi modesto entender, a nadie debería sorprender este hecho, ya que aunque no tan masivamente como los recortes y reencuadres editoriales, durante los años treinta, cuarenta y cincuenta, era también relativamente habitual por parte de los Departamentos de Arte de las diferentes publicaciones recurrir tanto al retoque como a la clonación analógica y extensión de áreas concretas, llegándose incluso a crear a veces, debido a necesidades de maquetación y de tamaño de reproducción, copy negatives a partir de copias vintage originales para poder obtener placas de medios tonos que excedían los límites de la foto original -tanto si lo que tenían era negativo original o copia vintage en papel-, las más veces por motivos de exigencias de paginación o de tamaño y formato de cada revista.

Por poner sólo un ejemplo, durante la segunda mitad de los años treinta se hicieron varias copias vintage lisas y satinadas en tamaño 29 x 22,7 cm de la famosa fotografía de Brassai Mujeres Vistiendose Delante de un Espejo, que antes de ser publicadas fueron retocadas en la zona próxima al borde inferior izquierdo de la imagen.

Y la citada copia vintage sobre papel texturizado que se halla en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, fue tambien retocada, tal y como descubrió el verdadero experto en Capa Richard Whelan.

Incluso, para lograr el máximo impacto y dramatismo posible en las imágenes publicadas, a veces se iba más allá del frecuente retoque o la extensión analógica de zonas concretas mediante clonación excediendo los límites del negativo o foto original en papel.

Como muestra baste un botón: en el número de Picture Post del 3 de Diciembre de 1938, aparece una fotografía hecha por Robert Capa durante la Batalla del Río Segre, en la que se ve a varios milicianos en la parte inferior derecha de la imagen, protegidos bajo una roca, mientras en el centro se observa la explosión de dos proyectiles disparados por cañones franquistas.

Esta imagen de Picture Post es marcadamente panorámica, con un aspect ratio a medio camino entre el 1.85:1 y el 2.39:1 cinematográficos, lo cual excede evidentamente los límites del negativo original de 35 mm expuesto por Capa o bien de la copia en papel con aspect ratio 3:2 o próxima a él. Es decir, es imposible que de un negativo original o foto con proporcion 3:2 pueda obtenerse una imagen tan sumamente apaisada sin recortar cielo de la zona superior y a la vez preservando toda la zona inferior del fotograma, ya que el negativo original 24 x 36 mm no posee tanta anchura.

Pues bien, se trata de un montaje de dos fotografias, ya que el Departamento de Arte de Picture Post, fusionó dos copias vintage de dos fotos distintas en una, creando una nueva copia en papel, muy panorámica, a partir de la cual se hizo la placa de medios tonos que se utilizó en fotomecánica y que mantenía íntegra tanto la zona superior con cielo como la inferior de cada una de las fotografías originales.

EN ABSOLUTO PUEDE SER DESCARTADA LA HIPOTESIS DEL FRANCOTIRADOR, SINO QUE LOS HALLAZGOS DE ESPEJO LA REFUERZAN TODAVIA MÁS SI CABE
Tampoco estamos de acuerdo en absoluto con la afirmación rotunda de Susperregui de que “la teoría del francotirador ha de ser excluida por completo, porque no existe documentación alguna sobre esta práctica militar en Córdoba durante la Guerra Civil Española”.

En nuestra opinión, nada más lejos de la realidad, ya que el concepto de tirador de élite no está vinculado en exclusiva a arquetipos como Vasili Zaitsev o Matthias Hetzenauer, es decir, soldados aislados que entre la inmensidad de la tropa destacaban por su muy buena puntería y eran utilizados en misiones sobre todo para matar a distancia a oficiales y altos mandos del ejército enemigo.

En 1936, desde un punto de vista militar, los soldados marroquíes del tabor de regulares estaban considerados la mejor infantería de choque del mundo, tanto en el combate cuerpo a cuerpo con la bayoneta calada como en los contextos donde la gran precisión que tenían en los disparos con sus fusiles de cañón largo Mauser modelo 1893 calibre 7 x 57 mm eran decisivos, siendo capaces de abatir soldados enemigos hasta una distancia de 900 metros usando solo el alza del fusil, sin mira telescópica, si disponían de cualquier superficie para apoyar su arma. Esto ocurrió muchas veces durante la represión que llevó a cabo el Ejército de África en Asturias en 1934, lo cual fue reflejado por poner solo un ejemplo por el fotógrafo español Luis G. de Linares en la portada del periódico Crónica Año VI Número 259 de 28 de octubre de 1934 que capta la imagen de un francotirador marroquí de tabor de regulares que abre fuego el 15 de octubre de 1934 desde una ventana, causando bajas a muy larga distancia.

Es decir, si había 10.000 soldados marroquíes del tabor de regulares en España en septiembre de 1936, prácticamente la totalidad de ellos eran tiradores de élite, y para entenderlo es fundamental conocer el contexto de 1936 y sobre todo los muchos años anteriores de experiencia en guerra colonial caracterizada por el uso de pequeñas columnas con número muy limitado de hombres que se adentran en territorio enemigo, siempre en peligro de ser rodeados por fuerzas superiores en número, por lo que la destreza en el combate cuerpo a cuerpo con bayoneta calada y muy especialmente la precisión con los disparos de media y larga distancia de sus fusiles había de ser muy grande en todos y cada uno de los soldados marroquíes de tabor de regulares para poder sobrevivir.

Con frecuencia, durante las semanas previas a los ataques importantes de pueblos y posiciones enemigas fuertemente defendidas, pequeños contingentes pertenecientes a unidades denominadas mias, compañías de soldados del tabor de regulares, se adentraban en territorio enemigo con la misión de reconocer y comprobar donde estaban ubicadas sus defensas, el contingente de tropas que había en ellas, etc., porque al tener muy pocos hombres disponibles en Andalucía al comienzo de la Guerra Civil Española, los comandantes franquistas, con mucha experiencia en combate de guerra colonial en África, trataban siempre de obtener toda la información posible para poder lanzar los ataques con garantías de éxito, por lo que con frecuencia estas labores de infiltración y reconocimiento se llevaban a cabo a diario, además de intentar controlar las carreteras y vías próximas a los cascos urbanos fuertemente defendidos, sin olvidar la muy importante información que trataban de obtener por anticipado sobre la ubicación de trincheras con fuerzas republicanas, mejores ángulos de ataque y maniobras envolventes, etc.



Por tanto, sostener con rotundidad que “no existe documentación alguna sobre la existencia de francotiradores en Córdoba durante la Guerra Civil Española” es incierto, ya que en la práctica los hubo por doquier, en los diferentes frentes de combate no solo de Córdoba, sino de otras muchas provincias, y prácticamente cada soldado del tabor de regulares tenía muchos años de experiencia como “paco". Esta es la realidad con respecto a este tema, independientemente de como ocurrieran los hechos la tarde en que Robert Capa y Gerda Taro hicieron las fotos en Espejo y hubiera o no francotiradores del tabor de regulares ese día en las proximidades.

Por tanto, argumentar que es imposible que hubiera soldados franquistas en las inmediaciones de la gran loma junto a Espejo (situada entre este pueblo y Castro del Río) porque en aquellos momentos tanto Espejo como Castro del Río estaban en poder de las fuerzas republicanas (Espejo caería el dia 25 de Septiembre de 1936 y Castro del Río el 26 de Septiembre de 1936 tomado por tropas franquistas procedentes de Baena), carece de fundamento, ya que era precisamente la gran capacidad de mimetizaje sobre cualquier tipo de terreno de los muy curtidos soldados marroquís de tabor de regulares (que durante toda la guerra civil se infiltraban frecuentemente en pequeños grupos en territorio enemigo para estudiar con semanas de antelación, día a día, la cantidad de efectivos del enemigo, la ubicación de sus trincheras y artillería, la localización de las cotas próximas desde las que poder batir las líneas defensivas utilizando cañones y morteros desde una posición elevada, los cerros desde los que se dominaba las carreteras y caminos importantes, etc, de todo lo cual informaban a los mandos franquistas antes de lanzar los ataques masivos, previo estudio muy concienzudo de los mapas cartográficos) y su gran movilidad sobre el terreno, lo que les permitía ocultarse sin ser detectados.

Así pues, la argumentación de Susperregui excluyendo la posibilidad de presencia de tropas franquistas cerca de Espejo durante la primera semana de Septiembre de 1936, cuando Capa hizo la foto The Falling Soldier, en mi opinión carece totalmente de fundamento, tanto si hubo soldados de tabor de regulares cerca o no, como si la muerte del miliciano fue real por impacto de bala del calibre 7 x 57 mm que le atravesó el corazón (que es lo que creo firmemente) o si el miliciano se tiró hacia atrás para simular muerte por balazo porque esas fueron las instrucciones que le dió Capa, tal y como sostiene Susperregui (lo cual obviamente yo no creo en absoluto). 

En cualquiera de los tres casos, tanto si hubo soldados de tabor de regulares cerca de Espejo como si no los hubo, la argumentación no es válida.

Es decir, incluso si se demostrara que después de caer al suelo el miliciano se levantó (lo cual estimo en mi modesta opinion bastante improbable, por no decir imposible), la argumentación excluyendo por completo la posibilidad de presencia de soldados franquistas cerca de Espejo seguiría careciendo de base en idéntica medida que si el miliciano murió realmente (que es lo que creo).

"THE FRONT LINES OF THE OPPOSING SIDES WERE TOO WIDELY SEPARATED AND THE AIM OF GUNNERY TOO INEXACT TO MAKE THAT HYPOTHESIS FEASIBLE, HE SAID"
Abundando en su errónea argumentación excluyendo la posibilidad de que pudiera haber soldados franquistas en las proximidades de Espejo (error que no tiene nada que ver con la autenticidad o no de la fotografía y con que en realidad hubiera o no soldados franquistas en las proximidades de dicho pueblo de la provincia de Córdoba durante la primera semana de Septiembre de 1936, cuando Capa sacó su foto Muerte de un Miliciano), en diferentes medios de comunicación apareció la anterior afirmacion de Susperregui, cuya traducción aproximada sería:

"LA LINEA DE FRENTE DE AMBOS BANDOS CONTENDIENTES SE HALLABA EXCESIVAMENTE SEPARADA, POR LO QUE LA DEMASIADO INEXACTA PRECISIÓN DEL TIRO CON ARMAS DE FUEGO A TAL DISTANCIA HACE IMPOSIBLE TAL HIPÓTESIS (la del francotirador)."


Veamos.

Si el frente estaba en Montilla y había una distancia de aproximadamente 12.5 km desde dicho frente a Espejo, es evidente que a ningún francotirador se le ocurriría intentar abatir con disparos de fusil desde tal distancia a un soldado enemigo, debido sobre todo a dos razones elementales:

a) No ha existido, existe ni existirá fusil capaz de lograr alcanzar con sus disparos una distancia de nada menos que 12.5 km, ni en rango letal ni en bala perdida.

En 1936, el Mauser Modelo 1893 de cañón largo calibre 7 x 57 mm (que era el mayormente utilizado por los soldados marroquís de tabor de regulares) estaba considerado el mejor fusil del mundo desde el punto de vista de su precisión y alcance letal eficaz a largas distancias, con un rango mortífero de hasta unos 2.000 m y llegaba hasta aproximadamente los 4.000 m a bala perdida.

Es decir, no es que una bala disparada por un fusil Mauser calibre 7 x 57 mm desde Montilla a Espejo sería imprecisa, como afirma Susperregui.

Simplemente, una bala del calibre 7 x 57 mm disparada desde Montilla apuntando a Espejo, no alcanzaría su objetivo de ninguna de las maneras y caería al suelo mucho antes de alcanzar la mitad de la distancia entre ambos pueblos. Sencillamente, la bala no llegaría.

b) Cualquier combatiente que intente matar con su fusil a un soldado enemigo situado a 12.5 km de distancia, tropieza con otro importante hándicap: además de ser un recorrido muy grande, que en términos balísticos excede más que con creces el alcance de cualquier fusil, a esa distancia es imposible ver a un soldado enemigo.

Es decir, ningun francotirador intentaría jamás abatir al enemigo con disparos de fusil desde una distancia de 12.5 km, porque sería algo absurdo.

Así pues, tanto si en el futuro se descubriera que la foto del miliciano es auténtica como si se descubriera que es falsa, la argumentación de Susperregui excluyendo totalmente la posibilidad de que pudiera haber soldados franquistas cerca de Espejo seguiría a mi entender siendo igual de errónea.

" NINGUNA TEORÍA HACE MENCIÓN A LOS OTROS CUATRO MILICIANOS MUERTOS QUE ESTÁN DOCUMENTADOS EN LAS FOTOS DE ROBERT CAPA EN EL MISMO CAMPO DE RASTROJOS Y MENOS MENCIÓN SE HACE AL MILICIANO QUE NO SOLAMENTE COMPARTE EL CAMPO DE RASTROJOS DEL FAMOSO MILICIANO SINO TAMBIÉN EL MISMO ENCUADRE "
Tampoco estamos de acuerdo con esta afirmación de Susperregui, ya que parece claro que "los otros cuatro milicianos muertos" están en realidad vivos y fingiendo muerte como parte de los simulacros previos (saltos sobre trincheras sin enemigos dentro, milicianos simulando disparar contra tropas franquistas realmente inexistentes y muchos de los cuales tienen los seguros de sus fusiles Máuser puestos por lo cual no están en condiciones de hacer fuego, carreras cuesta arriba para tomar la cima de una loma en cuya cúspide no hay realmente enemigos, etc) correspondientes a todas las fotografías de la serie de imágenes de milicianos anarquistas de la CNT y la FAI de Alcoy tomadas por Capa y Taro sobre la gran loma junto a Espejo, con excepción de dos - probablemente las dos últimas de la serie- que son totalmente distintas a las demás: la famosa the Falling Soldier que capta la muerte real de un miliciano cuyo corazón es atravesado por una bala del calibre 7 x 57 mm y otra en la que aparece un miliciano distinto alcanzado también por bala y aún con vida (gravemente herido pero no muerto como indican la mayoría de las fuentes), sobre el suelo de rastrojos, en posición muy agónica, con su brazo y mano derecha que han perdido fuerza de agarre a consecuencia del impacto de otra bala más del 7 x 57 mm sobre su cuerpo mientras recogía su fusil del suelo tras arrastrar hacia la trinchera el cuerpo inerme de The Falling Soldier tras su caída al suelo muerto en el acto (tal y como demostró el Capitán Robert Franks, Jefe del Departamento de Homicidios de la Policía de Memphis (Estados Unidos) .

Esta posición en el suelo del citado segundo miliciano que aparece gravemente herido es demasiado agónica y complicada para tratarse de un fake, sería algo inverosímil en un contexto tan naive como el de Septiembre de 1936. 

La posición de las piernas de este miliciano no responde evidentemente a un acto voluntario para fingir muerte. 

Simplemente, el soldado acaba de recibir el impacto de una segunda bala disparada por un soldado de Regulares perteneciente a una mia en misión de reconocimiento y observación de las defensas republicanas (líneas de trincheras, posición de la artillería, etc) aproximadamente dos semanas y media antes del ataque franquista sobre Espejo, que se enfureció y perdió los nervios tras haber contemplado con sus binoculares tanto simulacro de combate realmente inexistente y a muchos milicianos actuando sobre la loma imbuídos por una especie de frenesí y alborozo revolucionario como si se estuvieran enfrentando a tropas franquistas.

La investigación realizada por elrectanguloenlamano.blogspot.com el 16 de Junio de 2009 en la gran loma frente a Espejo en la que Capa y Taro hicieron las fotografías, analizando el grado de inclinación de la pendiente y realizando comprobaciones visuales desde el Cortijo de Casalilla y Los Molinos del Campo, confieren una muy alta verosimilitud a la hipótesis defendida por Robert Franks, a saber, que este segundo miliciano acababa de ayudar a arrastrar a The Falling Soldier al interior de la trinchera para ponerle a cubierto - probablemente asiéndole por las axilas mientras alguien más situado dentro de la trinchera tiraba de los pies de The Falling Soldier hacia el interior de la misma, lo cual explicaría el hecho de que este segundo miliciano aparezca en el suelo ligeramente detrás del punto en el que The Falling Soldier había estado de pie muy cerca de la trinchera justo antes de recibir el balazo- y fue alcanzado por una segunda bala calibre 7 x 57 mm Mauser - probablemente disparada por el mismo soldado marroquí de Tábor de Regulares que acababa de matar a The Falling Soldier- mientras se hallaba con ambas rodillas sobre el suelo de rastrojos (intentando además ofrecer el mínimo blanco posible) y acababa de recoger su Mosquetón Mauser 1916 del suelo, teniendo en ese momento el arma agarrada con su mano derecha y la punta del fusil orientada hacia arriba y ligeramente hacia atrás, momento en el que recibió el balazo, a consecuencia del cual su cuerpo fue impulsado hacia atrás, quedando las piernas y el brazo derecho en una posición que evidentemente no responde en absoluto a un acto voluntario o con intención de fake, lo cual es confirmado todavía más si cabe por la punta del mosquetón que está tocando el suelo debido a que la repentina pérdida de fuerza de agarre ha hecho que el fusil caiga hacia atrás).

Siempre ha habido la duda de si Capa hizo la foto The Falling Soldier metido dentro de la trinchera o corriendo por la loma cubierta de rastrojos junto a los milicianos y flexionando cada vez que apretaba el obturador de su Leica III (Model F 1933-1939) con su objetivo no revestido Leitz Summar 50 mm f/2, pero los hallazgos realizados en Marzo de 2009 por Antonio Aguilera (que es el que saca a todos de Cerro Muriano y la primera persona en el mundo que identifica el paisaje de fondo que se aprecia en la foto con los cinco milicianos rodilla en tierra de la exhibición This is War! Robert Capa at Work celebrada en Nueva York, Londres, Milán, Barcelona y Rotterdam como las Sierras de Montilla y Cabrera) y Jose Manuel Susperregui (el primero que llega a Espejo a mediados de Marzo de 2009 y constata desde la rotonda a la entrada del pueblo que dicha línea de montañas del horizonte coincide totalmente con el paisaje de fondo en dicha foto) permiten afirmar prácticamente sin margen de error que Capa hizo la foto The Falling Soldier desde el interior de la trinchera.

Con respecto a la foto The Falling Soldier, el informe de Robert Franks realizado a petición de Richard Whelan en Septiembre del año 2000, demostró que se trataba de una muerte real por balazo en el corazón (es igualmente imposible que en un contexto como 1936 un miliciano que quisiera fingir muerte por bala - o bien alguien que le diera instrucciones u órdenes en tal sentido, lo cual evidentemente no fue el caso- tuviera en cuenta varios detalles médicos muy concretos mencionados por el muy experimentado criminólogo de policía de Memphis, sobre todo relacionados con la posición de la mano izquierda del miliciano, cuyos dedos están curvados en vez de abiertos como haría cualquier persona tratando de reducir al máximo el riesgo de lesión en la caída o bien como un simple acto reflejo).

Habría sido muy fácil hacer un fake en tales circunstancias, con una fotografía técnicamente mucho más perfecta, con el sujeto ocupando la zona central de la imagen, mucho más nítido e identificable, mirando a la cámara, con una mayor precisión en el encuadre, todo con muy superior nivel de detalle, etc.

Sin embargo, Muerte de un Miliciano, aún siendo una fotografía extraordinaria e icono referencial, es desde un punto de vista técnico bastante imperfecta: está ligeramente desenfocada, el nivel de detalle es muy escaso, el borde inferior de la imagen corta parte de los pies del miliciano, la gama tonal es reducidísima, el borde inferior izquierdo del fotograma corta parte de la culata del fusil Mauser 1893 7 x 57 mm, la cara del miliciano no es reconocible (sabemos de qué miliciano se trata por fotos previas en las que sí pueden discernirse sus facciones así como su ropa y armamento), etc.

Claramente, éste es el miliciano que más se exhibió aquella tarde de Septiembre de 1936 en la gran loma junto a Espejo en la que Capa y Taro hicieron las fotos de esta especie de gran jolgorio revolucionario colectivo no exento de tontadas propias de dicho contexto (en especial las fotos de milicianos que se han tirado al suelo fingiendo muerte en combate) en el que los milicianos realizaron diferentes simulacros de todo tipo que evidentemente no fueron producto de instrucciones dadas por ambos fotoperiodistas, sino fruto en buena medida de la expectación generada por la presencia de dos fotógrafos extranjeros. 

Todos estaban deseosos de ser fotografiados y aparecer lo mejor posible en las imágenes, y así lo hicieron con todo tipo de carreras, saltos, simulacros de disparos, etc. 

Todos estaban muy confiados y alborozados, hasta que ocurrió algo totalmente imprevisto y se produjeron dos muertes reales, una de ellas, The Falling Soldier, en el acto.

Capa y Taro simplemente fotografiaron lo que estaban viendo. 

Sacaron fotos lo mejor posible de lo que estaba ocurriendo, que era su trabajo y los negativos fueron enviados a Francia a las sedes de las revistas francesas ilustradas para las que trabajaban. 

Ambos fotoperiodistas captaron con sus cámaras lo que vieron, lo que ocurría en esos momentos, ni más ni menos, y sinceramente, creemos haber demostrado sobradamente que ni Capa ni Gerda Taro dieron instrucciones a los milicianos para hacer todos estos movimientos de un lado a otro, saltos en diferentes direcciones, simulacros de disparos, simulacros de muerte tirándose al suelo, etc.

Otra cosa muy distinta son los pies de foto que aparecieran bajo sus imágenes (y de los cuales ellos no eran responsables en esos momentos) en las revistas francesas para las que trabajaban cubriendo la Guerra Civil Española, las decisiones editoriales llevadas a cabo en las oficinas principales de dichas publicaciones o la intención con la que se utilizaran posteriormente.

Pero creemos firmemente que las dos últimas fotografías de la serie de imágenes hechas por Capa y Taro en la gran loma junto a Espejo fueron Muerte de un Miliciano y la siguiente fotografía también horizontal (Pág 84, Fig. 78 del libro catálogo This is War! Robert Capa at Work) en la que aparece un miliciano distinto que no está muerto (como indican erróneamente algunas fuentes) o fingiendo muerte (como indican otras), sino gravemente herido por un disparo de bala calibre 7 x 57 mm justo después del que mata en el acto a The Falling Soldier.

Por otra parte, un porcentaje muy elevado de fuentes afirman que "este segundo miliciano muerto" o "que se hace el muerto" "cae exactamente en el mismo punto que The Falling Soldier", lo cual no es cierto.

Este segundo miliciano impactado por bala y gravemente herido no ha caído al suelo desde una posición de pie, sino que estaba ya sobre él justo antes del segundo balazo, con ambas rodillas sobre el tramo de terreno con rastrojos próximo a la trinchera y acababa de ayudar a arrastrar el cuerpo de The Falling Soldier hacia el interior de la trinchera, y es impulsado hacia atrás a causa del shock producido por el impacto en su cuerpo de dicha segunda bala de alta velocidad Mauser 7 x 57 mm (730 metros/seg), y por otra parte, aunque es evidente que The Falling Soldier cayó en un punto muy muy próximo en la misma zona junto a la trinchera -antes de ser arrastrado al interior de ésta-, no podemos saber con precisión 100% el punto exacto en el que cayó The Falling Soldier, ya que este miliciano muerto en el acto por balazo del 7 x 57 mm en el corazón, no aparece en el suelo de rastrojos, sino en fase inicial de caída hacia atrás totalmente ajena a su voluntad).

En mi opinión, la imagen captada por Robert Capa del citado miliciano gravemente herido -muy probablemente de muerte- pero aún con vida (que es también el que aparece en segundo lugar empezando por la izquierda - junto a The Falling Soldier - en la fotografía de la página 78 Fig 70 del libro catálogo This is War! Robert Capa at Work ICP/STEIDL en la que se observa a muchos milicianos de la CNT y la FAI sobre la trinchera, blandiendo sus fusiles en alto en una de las imágenes tomadas previamente a las dos muertes reales) es la última fotografía de la serie, siendo Muerte de un Miliciano la penúltima.

Con respecto a la distancia desde la que fueron hechos los disparos, la nueva ubicación en Espejo descubierta por Susperregui previa decisiva identificación por Antonio Aguilera de las montañas del horizonte en Marzo de 2009, aumenta notablemente el rango de tiro, ya que teniendo en cuenta la orografía de la gran loma junto a Espejo en sus distintos puntos que van desde la Senda de Hornijeros hasta el cementerio del pueblo, la observación por parte del pequeño grupo de soldados de Tabor de Regulares no se hizo desde cerca, sino a cientos de metros de distancia, con prismáticos, por lo que el soldado marroquí que abrió fuego tuvo que hacerlo a una distancia media o larga (los indicios apuntan más a lo segundo) entre 400 y 1200 metros. Mi opinión personal es que los dos disparos fueron realizados por el mismo soldado de Tabor de Regulares desde larga distancia, con su fusil Máuser Modelo 1893 calibre 7 x 57 mm apoyado sobre una base firme, lo cual le permitió una gran precisión con el primer disparo por sorpresa que mata a The Falling Soldier.

Por increíble que pueda parecer, los soldados marroquís de Tabor de Regulares, fieles a una tradición de décadas como "pacos" en guerra colonial en Africa, poseían una extraordinaria puntería a larga distancia con sus fusiles, hasta el punto de que durante la represión de la sublevación minera de Asturias en Octubre de 1934, tuvieron lugar muertes en el acto por tiro en la cabeza a mineros situados en cotas algo elevadas, que se hallaban a distancias entre 1.100 y 1.200 metros y que fueron abatidos por soldados de Tabor de Regulares armados con Mosquetón Mauser 1916 calibre 7 x 57 mm que dispararon apoyándolos en ventanas del Convento de las Adoratrices, a las afueras de Oviedo, lo cual está documentado, hay abundantes testigos de ello que todavía recuerdan en Asturias la increíble precisión -utilizando únicamente el alza del arma y sin ningún tipo de mira telescópica- con sus armas de las tropas marroquíes del Ejército de Africa, y además, muchos de esos disparos desde muy larga distancia fueron presenciados en directo y documentados por Luis G. de Linares, que sacó fotografías de ello el 14 y el 15 de Octubre de 1934 que aparecieron en el Número 259, año VI 28 de Octubre de 1934 de la Revista Ilustrada Crónica, incluyendo la portada con un tirador de élite abriendo fuego con su Mosquetón Máuser 1916 calibre 7 x 57 mm, que tiene menor alcance y precisión que el fusil Máuser 1893 calibre 7 x 57 mm de cañón largo y que era el que llevaban mayormente las tropas de tabor de regulares durante la Guerra Civil Española.

UN TEMA LEJOS DE ESTAR RESUELTO
En nuestra opinión, las cosas se hallan todavía más lejos que antes de estar definitivamente zanjadas con respecto a la famosa fotografía Muerte de un Miliciano hecha por Robert Capa en Espejo y entendemos que los aspectos más sustanciales relacionados con esta imagen no han cambiado en absoluto:

a) Lo que esta extraordinaria fotografía aporta, el mensaje intemporal que transmite como símbolo por excelencia de la Guerra Civil Española, mostrando la muerte como esencia real de cualquier guerra, con las miserias y sufrimientos que ello implica.

b) La muerte real en el acto del miliciano que aparece en ella, asi como de un segundo miliciano que es herido de gravedad - momentos despues del óbito del primero- por una segunda bala calibre 7 x 57 mm y muere pronto.

c) La autenticidad de la fotografía. Creo que en el futuro aparecerán nuevas pruebas que potenciarán todavía más si cabe la enorme talla profesional, honestidad y arrojo de Robert Capa, un extraordinario fotógrafo que figura por méritos propios entre los más grandes de la historia y que fue junto con Gerda Taro pionero de una nueva forma de entender el fotoperiodismo de guerra, haciéndolo mucho más versátil y dinámico.

Creo que sería un enorme error atacar en estos momentos al ICP o Magnum como “culpables” de algo, ya que todos los indicios apuntan a que muy probablemente se produjo un error de identificación tanto por parte de Mario Brotons Jordá como de Evaristo Borrell —hermano de Federico Borrell— , Empar Borrell -su sobrina- y el resto de parientes de Federico Borrell García en 1995.

La investigación sobre la famosa fotografía de Robert Capa Muerte de un Miliciano ha sido y seguirá siendo muy prolija, enormemente dura, y ha llevado varias décadas de ímprobo trabajo, en el que han participado muchas personas distintas desde principios de los años setenta, de las cuales yo soy simplemente uno más, habiendo iniciado mi investigación sobre este tema en 1996 y prosiguiendo hasta la actualidad.

Por otra parte, no debemos olvidar que si hemos podido disfrutar de las nuevas fotografías de Robert Capa y Gerda Taro desveladas en 2007 durante la exhibición This is War! Robert Capa at Work celebrada en Nueva York entre el 26 de septiembre de 2007 y el 6 de enero de 2008 y posteriormente en Londres, Milán, Barcelona y Rotterdam, ha sido especialmente gracias a los esfuerzos realizados por el ICP, Cornell Capa, su esposa Edith Schwartz y Richard Whelan, que desde finales de los años cincuenta lucharon por recopilar todos los negativos originales de Robert Capa o bien copias en papel fotográfico en el mejor estado posible en aquellos casos en los que por diversas razones se habían perdido los negativos, hasta tal punto que el soberbio libro catálogo de la exposición This is War! Robert Capa at Work, editado por ICP/STEIDL, ha sido en mi opinión en gran medida producto de un postrero esfuerzo de ambos, conscientes de su avanzada edad y de la alta posibilidad de su muerte en muy breve plazo, como así ocurrió —Richard Whelan murió en mayo de 2007 y Cornell Capa el 23 de mayo de 2008—.

En mi opinión, es importante también entender que a partir de 1996, cuando se inicia una nueva fase en la investigación, tanto Cornell Capa como Richard Whelan (sobre todo el primero) son ya personas de avanzada edad, lo cual obviamente se acentuó a partir del año 2000.

Creo que en líneas generales se debería haber sido más tolerantes y comprensivos con las dos personas más importantes con diferencia en la investigación de la foto The Falling Soldier y que dedicaron gran parte de su vida a la preservación del inmenso legado fotográfico de Robert Capa.

Me consta por informaciones que recibí de primera mano, que tanto Cornell Capa como Richard Whelan —especialmente este último— sufrieron muchísimo ante las críticas y acusaciones de fotógrafo fraudulento y mentiroso hechas sobre Robert Capa desde 1975 e incrementadas sobre todo a partir de aproximadamente el año 2003, algo en mi opinión muy injusto, ya que Robert Capa es uno de los más grandes fotógrafos de todos los tiempos y está considerado prácticamente por unanimidad como el mejor fotorreportero de guerra que jamás haya existido, a pesar de haber transcurrido 55 años desde su muerte, en 1954.

Debemos destacar también la labor infatigable de Edith Schwartz (fallecida el 24 de noviembre de 2001), mujer que a base de tesón y esfuerzo consiguió con el paso de los años convertirse en una gran experta en fotografía, y cuyo importantísimo trabajo fue clave en la etapa inicial del ICP, organizando y ordenando sus colecciones a base de un pertinaz trabajo y amor por la fotografía, además de clasificar las decenas de miles de negativos de Robert Capa y Cornell Capa durante muchos años. Edith Schwartz fue un gran motor impulsor del ICP New York desde el mismo momento de su fundación por su esposo Cornell Capa en 1974, de modo discreto, sin afán de protagonismo alguno y sin querer ocupar un puesto oficial en la plantilla del ICP, algo que le fue ofrecido en diversas ocasiones.

Desde que fundó el ICP New York, en 1974, Cornell Capa renunció en gran medida a su carrera como fotógrafo —ahí están escritos con letras de oro sus reportajes fotográficos sobre niños con discapacidad mental en 1954, sobre los ancianos en Estados Unidos, sus trabajos con Life en varios países latinoamericanos o su impresionante libro ilustrado Adiós al Edén (1964) en el que denuncia la destrucción de las culturas indígenas amazónicas, al tiempo que su cobertura electoral de las campañas de John y Robert Kennedy, Adali Stevens y Nelson Rockefeller figuran entre lo mejor jamás realizado en este ámbito fotográfico, sin olvidar su premonitorio libro ilustrado Nueva Raza en Wall Street - donde capta con maestría a la nueva hornada de financieros despiadados -, dedicándose en gran medida a preservar el legado fotográfico de su hermano Robert y al fomento de las famosas colecciones de fotografías del ICP de los mejores fotógrafos de la historia así como de sus exposiciones itinerantes por todo el mundo.


Sabido es también que Cornell Capa puso mucho dinero de su bolsillo y empleó toda su energía para poder impulsar el ICP hasta convertirlo en la referencia mundial que es hoy en día en colecciones y exposiciones fotográficas, tanto en el propio International Center of Photography de Nueva York como por todo el mundo y también en gran medida en enseñanza de fotografía —junto con la School of Photographic Arts and Sciences de Rochester— con su pléyade de cursos, masters, etc.

Y quizá no tan conocido es que hasta su muerte en mayo de 2008, Cornell Capa, cuya vida había estado siempre marcada por el dramatismo y el dolor desde los años treinta —su hermano Laszlo murió de fiebres reumáticas en 1935 y su otro hermano Robert Capa murió en Vietnam en 1954—, padeció durante los últimos años de su vida de un brote muy fuerte de la enfermedad de Parkinson.

Por su parte, Richard Whelan ha sido uno de los más grandes escritores sobre fotografía de todos los tiempos, una auténtica eminencia con profundísimos conocimientos sobre imágenes fotográficas y la producción de grandes maestros de la historia de la fotografía, así como gran amigo de la extraordinaria positivadora de blanco y negro y experta de talla mundial en Fine Art Teresa Engle Moreno.

Hombre conocido por su proverbial elegancia y amor por la fotografía de alta calidad, en especial la de blanco y negro, Richard Whelan fue autor de una pléyade de libros sobre fotógrafos de renombre universal como Robert Capa -Capa: A Biography-, Alfred Stieglitz —su libro de 688 páginas Alfred Stieglitz: A Biography es la obra de referencia sobre este fotógrafo y fruto de un enorme trabajo durante años, adentrándose además con un tremendo conocimiento en la personalidad de Stieglitz y la decisiva importancia de sus exhibiciones en The Little Gallery 291 Fifth Avenue entre 1905 y 1917 como oasis virtual de modernismo y de las artes visuales e Intimate Gallery Room 303 en 59th Street Park Avenue entre 1925 y 1929) de Nueva York, como punto de inflexión en la génesis de los grandes museos de esta gran urbe—.

Además, en 2004, Richard Whelan publicó su libro de 572 páginas Robert Capa: The Definitive Collection, Phaidon Press Ltd, con una amplísima selección de las mejores fotografías tomadas por el mejor fotógrafo de guerra de todos los tiempos en distintos países durante su trayectoria profesional. Este libro, auténtica joya para cualquier amante de la fotografía en blanco y negro, repleto de excelentes reproducciones en papel hechas en un elevado porcentaje a partir de negativos originales digitalizados mediante un escáner de tambor, constituye el otro legado más que Richard Whelan, consciente de la enorme talla como fotógrafo de Robert Capa, quiso dejar a la Humanidad, conocedor de la alta posibilidad de fallecer pronto, debido a su avanzada edad, como así ocurrió en 2007.

Igualmente, Richard Whelan escribió otro excelente libro: JFK for President, ilustrado con fotografías en color hechas por Cornell Capa durante la campaña electoral de John Fitzgerald Kennedy y publicado por STEIDL/ICP en 2004.También fue ‘Consulting Curator’ de los Archivos de Robert Capa y Cornell Capa en el ICP y ‘Member Faculty’ en la ICP School.

José Manuel Serrano Esparza
Leica Historical Society of America

Robert Capa en Córdoba: Primer Aniversario de unos Hallazgos Históricos (I I)

Addenda.-
Tras descubrir a mediados de Marzo de 2009 (gracias a la valiosísima información aportada por Antonio Aguilera, la persona clave en el hallazgo y que fue quien a principios de Marzo de 2009 realizó la decisiva identificación de las montañas de fondo) al llegar a la rotonda de Espejo que Capa hizo la foto Muerte de un Miliciano en este pueblo situado a 40 km de distancia de Cerro Muriano y el Cerro de La Coja (término municipal de Obejo), Susperregui - tal y como él mismo explica en la pagina 100 de su libro-, debido a la abundante calima existente a mediados de marzo en la zona de Espejo y sus alrededores, que dificultaba la vision de la peña de la Sierra de Cabra, busca el punto exacto en el que Capa hizo la foto, guiándose por la linea de montañas del horizonte en la que la citada peña es la referencia fundamental en la zona izquierda al fondo de la fotografía de Capa con los cinco milicianos rodilla en tierra simulando que apuntan sus fusiles, de tal manera que ubica erróneamente el punto exacto en el que Capa hace la foto como el Cerro del Ventorrillo, que está en el paraje conocido como Llano de Banda (que aparece al fondo de las fotografías Fig 69 pag 77 y Fig 79 pag 85 del mencionado libro catálogo escrito por Richard Whelan), aproximadamente a 5 km de la rotonda de Espejo y que pertenece al término municipal de Castro del Río (aunque está más cerca de Espejo que de Castro del Río).

Pero ello no desdice en absoluto - como últimamente quieren hacer ver algunos, nueve meses después de los descubrimientos, y probablemente por fuertes intereses particulares de diversa índole- el hecho incuestionable de que fue un muchacho andaluz, Antonio Aguilera, quien sacó a todos del Cerro de la Coja (situado a las afueras este de Cerro Muriano y perteneciente al término municipal de Obejo) como lugar en el que Capa hizo su famosa foto El Miliciano Abatido, ya que fue él el primero en identificar las montañas que se ven al fondo de la imagen mencionada anteriormente como las Sierras de Montilla y Cabra. De hecho, fue este hallazgo decisivo por parte de Antonio Aguilera el que demostró que la foto no había sido hecha ni en Cerro Muriano ni en el Cerro de la Coja.


Además, en la citada fotografía decisiva horizontal con los cinco milicianos (Fig 69 pag 77 del extraordinario libro catálogo This is War! Robert Capa at Work ICP/STEIDL, escrito por el verdadero experto en Capa Richard Whelan) hecha por Capa también en un punto de la gran loma junto a Espejo, aproximadamente el 50% de lo que se ve pertenece a Espejo (loma cubierta de trigo donde aparecen los milicianos, Cortijo de Casalilla -que aparece entre los dos milicianos más próximos a la camara-, parte del Viejo Camino de Espejo - que cruza paralelo al Cortijo de Casalilla- y el Camino de Casalilla) mientras que al término municipal de Castro del Río pertenecen los tres Molinos de Aceite (abandonados desde hace tiempo y de los cuales sólo se conserva uno en aceptable estado), el Llano de Banda que se aprecia en el horizonte justo antes de las montañas y parte del Viejo Camino de Espejo, sin olvidar las Sierras de Montilla y Cabra visibles en el horizonte y que tampoco pertenecen al término municipal de Espejo.

Pido disculpas por lo quizá a veces un tanto prolijo de las descripciones y datos y quizá una cierta reiteración, pero estimo que es importante para aquellas personas que no conozcan la zona, a fin de que no quede ninguna duda de que antes del comprensible error de Cerro del Ventorrillo debido a las comentadas condiciones atmosféricas que ocultaban el pico de la Sierra de Cabra como importante punto de referencia, Antonio Aguilera ya había identificado a principios de marzo de 2009 la línea de montañas del horizonte que es lo que saca a todos de Cerro Muriano y el Cerro de La Coja (Obejo) y una vez identificada por Antonio Aguilera a principios de Marzo de 2009 la línea de montañas del horizonte como las sierras de Montilla y Cabra, Susperregui ya había descubierto a mediados de Marzo de 2009 desde la rotonda de Espejo que Capa había hecho tanto su foto Muerte de un Miliciano como la de los cinco milicianos rodilla en tierra y simulando apuntar sus fusiles (Mauser Modelo 1893 calibre 7 x 57 mm los tres milicianos mas próximos a la camara, Mosqueton Mauser Modelo 1916 calibre 7 x 57 mm el segundo empezando por la izquierda y Mauser Modelo 1893 calibre 7 x 57 mm el más alejado de la cámara) en Espejo.

Sinceramente, después de las varias décadas que han transcurrido desde que el verdadero experto en Capa Richard Whelan inició su investigación sobre la foto Muerte de un Miliciano, sin olvidar las muchas personas que durante bastantes años han investigado esta foto, con mayor o menor éxito y con más o menos medios, nos parece del todo punto desmesurado e insólito el que Fernando Penco Valenzuela ponga tanto énfasis en focalizar practicamente toda la investigación sobre la famosa foto de Capa (cuando resulta que ya sabemos desde hace muchos meses que fue hecha en Espejo) en un punto exacto geográfico medido con coordenadas UTM, aparatos fotogramétricos, etc, y tratar de convencer como sea a todo el mundo de que lo fundamental y lo más importante de todo es el punto exacto de la gran loma junto a Espejo (que se extiende de izquierda a derecha desde la zona superior de la Senda de Hornijero, siguiendo por la Senda de Casalilla, el Camino de Los Molinos -también denominado por los habitantes de Espejo Antiguo Camino de Casalilla-, el Camino de la Saladilla de Sevilla, la Loma de Las Dehesillas, etc, hasta llegar al cementerio del pueblo, y que discurre además de modo paralelo a la calle de Las Regiones Devastadas, el Polígono Industrial Alcaparral y la calle de San Roque) en el que Capa hizo la foto.

Además, no es la investigación de Fernando Penco realizada en 2009 la que demuestra que el miliciano de la famosa foto de CapaThe Falling Soldier no es Federico Borrell García ni tampoco la que excluye el que el miliciano sea dicha persona. Ello es falso. 

La verdad es que quien descubrió que el miliciano de la famosa foto de Capa no es Federico Borrell García fue Miguel Pascual Mira en 2003, al encontrar en el archivo de Alcoy (Alicante) en el número de 13 de Octubre de 1937 de la revista anarquista Ruta Confederal una crónica escrita desde Puerto Escandón (Teruel)por el miliciano anarquista Enrique Borrell García titulada El Compañero Federico Borrell Taíno, en la que relata como el 5 de Septiembre de 1936 vió morir a Federico Borrell García de un disparo en el corazón mientras se hallaba parapetado detrás de un árbol, paisaje que es totalmente distinto al de la famosa foto de Capa. Además, ésto aparece explicado en 2004 en el documental Los Héroes Nunca Mueren de Jean Arnold de 2004, que contó entre otros con la participación de Federico Mayor Zaragoza, Horst Fass y Francisco Moreno Gómez.


Fernando Penco inserta en su PDF Documento 2 esta información descubierta por Miguel Pascual Mira sin citar la fuente, así como inserta el escaneo de la mencionada crónica de Enrique Borrell Fenóllar, sin mencionar tampoco a Miguel Pascual Mira, que es quien realmente descubrió dicha crónica.

En otro orden de cosas, en mi opinión, no deja de resultar sorprendente el que en un artículo aparecido en la Revista Historia de Iberia Vieja nº 56 se diga que el nombre real de Robert Capa era Ernest Andrei Firedman, que con la foto Muerte de un Miliciano comenzó la historia del fotoperiodismo, que el húngaro Robert Capa y la alemana Gerda Taro cubrieron el duelo fratricida con su cámara al hombro (ilustrando el comentario con una fotografía que al parecer se ha de dar por sentado que fue hecha por ambos y en la que aparecen varias mujeres - una de las cuales lleva un niño en brazos-, dos hombres - uno de los cuales, al fondo de la imagen, lleva a otro niño en brazos, mientras a la izquierda de la imagen, el otro va subido en un burro y sujeta a una niña con ambas manos-), que las fotografías de la exhibicion This is War! Robert Capa at Work se expusieron por primera vez en la Barbican Art Gallery de Londres, que Capa y Gerda Taro eran matrimonio, que los milicianos que aparecen en las fotos tomadas en Espejo eran guerrilleros, que el bombardeo de Cerro Muriano fue realizado por aviones bimotores, etc.

Todo lo cual no es cierto.

- El nombre auténtico de Robert Capa no es Ernest Andrei Firedman, sino Endre Ernö Friedmann.

- La historia del fotoperiodismo no nace en absoluto con la fotografía Muerte de un Miliciano de Robert Capa, siendo la figura más emblemática de sus albores el gran Erich Salomon con sus excelentes reportajes en interiores de celebridades sociales, industriales y políticas realizados durante la segunda mitad de los años veinte para las revistas ilustradas Berliner Illustrierte Zeitung ( publicación semanal de altísima calidad fotográfica, en gran medida pionera de un nuevo tipo de ensayo fotografico, que llego a alcanzar una tirada de dos millones de ejemplares en 1930 bajo la dirección de Kurt Szafranski y con Kurt Korff como editor) y Munich Illustrierte Presse (con Stefant Lorant como editor y Fritz Goro como assistant manager) con cámara de formato medio Ernemann Ermanox, placas de cristal 4.5 x 6 cm y objetivo Ernostar 85 mm f/1.8 ultraluminoso para la época y que permitió por vez primera hacer este tipo de fotografía sin utilizar flash, ya que además, las emulsiones de blanco y negro de la época eran de muy baja sensibilidad, en torno al actual ISO 25 (aunque por entonces no había ASA, ISO ni DIN, y faltaban todavía dos años para que comenzaran a ser producidos y vendidos por todo el mundo los fotómetros fotoeléctricos Rhamstine Electrophot, Weston, Avo, Chum, etc, con escalas de velocidad de película, por lo que la mayoría de fotógrafos profesionales utilizaban todavía tres sistemas complementarios de medición de luz: los fotómetros de mano Watkins - sobre todo el modelo Bee - y Wynne Infallibles, actinómetros que incorporaban una guía para la correcta exposición de diferentes placas según la velocidad de las mismas, los tipos de temas a fotografiar así como una amplia gama de condiciones lumínicas, y que medían la luz incidente; los fotómetros "extinction" que aunque medían la luz reflejada y no eran tan precisos, servían para muchos contextos fotograficos, eran más faciles de usar y funcionaban mejor con bajos niveles de luminosidad; y el siempre útil cálculo de exposición basado en la experiencia), sin olvidar a otros legendarios fotógrafos de élite compañeros de Herr Doktor en las citadas publicaciones e igualmente pioneros del fotoperiodismo moderno, como Kurt Hubschmann, Umbo, Tim Gidal, Alfred Eisenstaedt, Martin Munkacsi, Felix H. Mann, Willi Ruge, etc, con su estilo incisivo y realista, aunque desde un punto de vista práctico el fotoperiodismo ya había eclosionado durante las dos ultimas décadas del siglo XIX con la llegada de innovaciones tecnológicas tanto en impresión como en fotografía que permitieron el lanzamiento de publicaciones que incluían reportajes de todo tipo, historias y noticias profusamente ilustrados con fotografías, de tal manera que pudo dejarse atrás la etapa entre mediados del siglo XIX y 1880 con prensas que únicamente eran capaces de realizar impresiones a partir de fotos reinterpretadas mediante grabados antes de ser publicadas. Así ocurrió con los considerados primitivos pioneros del fotoperiodismo: Roger Fenton con sus fotografías de la Guerra de Crimea (1853-1856), el rumano Carol Szathmari que hizo también fotos de la Guerra de Crimea, William Simpson (muchas de cuyas imágenes aparecieron en el Illustrated London News), Mathew Brady con sus fotos hechas durante la Guerra Civil Americana y publicadas por Harper´s Weekly, Alexander Gardner (con sus famosas fotografías tomadas en 1862 en Fredericksburg y en 1863 en Gettysburg durante la Guerra Civil Americana, así como retratos del Presidente Abraham Lincoln), Felice Beato (que realizó fotografías con su cámara de gran formato 10 x 12 pulgadas -25.4 x 30.48 cm- en Malta en 1850, reportajes bélicos en la zona de Balaklava y la caida de Sebastopol en 1855 durante la Guerra de Crimea tras la marcha de Roger Fenton, así como en la India en 1858 durante el Gran Motín de la Primera Guerra de Independencia, en Jerusalén y Grecia en 1857, en China durante la Segunda Guerra del Opio en 1860, en Japón entre 1860 y 1864 durante el Período Edo, aplicando de manera excelsa técnicas muy refinadas de la ancestral escuela japonesa de acuarelistas y grabadores al bog para colorear muchas de sus fotografías, obteniendo formidables resultados, en Korea en 1871, entre 1884 y 1885 en Sudan, y entre 1888 y 1899 en Birmania), Timothy O´Sullivan (otro de los fotógrafos destacados durante la Guerra Civil Americana y que también hizo fotografías en 1870 en Panamá durante los estudios previos a la construcción del Canal), Jimmy Hare (que fotografió la Guerra Hispano-Norteamericana de 1898 en Cuba y la Guerra Ruso-Japonesa en 1904 para la revista semanal Collier´s, así como el terremoto de San Francisco en 1906, campañas presidenciales en Estados Unidos, la Revolución Mexicana en 1911), etc, lo cual fue seguido en 1880 por la reproducción de fotografías de noticias mediante el revolucionario sistema de medio tono iniciado por el diario Daily Graphic en Nueva York (que permitía unos niveles muy superiores de calidad fotográfica a la hora de reproducir las imágenes en las publicaciones ilustradas de la época, además de agilizar enormemente el trabajo, sobre todo a partir de 1897 en que las máquinas de impresión pudieron trabajar mucho más rápido con medios tonos que con las láminas grabadas), aunque el gran gran promotor y difusor del medio tono a nivel mundial fue la soberbia revista ilustrada Berliner Illustrierte Zeitung que lo utilizó masivamente a partir de 1890. Ello permitió junto con la invención del polvo de magnesio (cuya ignición hacía posible utilizarlo como fuente de iluminación artificial en interiores cuya luz ambiente era muy tenue, produciendo una luz muy intensa que se extendía por toda la zona) en 1887 la llegada de nuevos fotoperiodistas que iniciaron el género de la fotografía informal en interiores (hasta entonces inviable por la baja luminosidad tanto de los objetivos como de las películas químicas de blanco y negro) como Jacob Riis con su gran obra How the Other Half Lives. Y la aparición de la telefotografía en 1921 contribuyó también poderosamente a catalizar el fotoperiodismo, ya que permitió la transmisión de imágenes casi a la misma velocidad que la difusión de las propias noticias.

Y tampoco hay que olvidar a otros dos grandes pioneros del fotoperiodismo y buques insignia de la etapa inicial de la Agencia Dephot en Berlín (fundada en 1928 por Simon Guttman y Alfred Marx) : Harald Lechenperg, que hizo reportajes fotográficos entre 1929 y 1933 para Zeitschriften, Atlantis, Die Woche, Die Dame, Berliner Illustrierte Zeitung y National Geographic (sobre todo fotografías durante los largos viajes que realizó a Asia Central y Africa) y Walter Bosshard, que hizo grandes reportajes para Atlantis, Vu, Berliner Illustrierter Zeitung, Schweizer Illustrierter Zeitung, Neue Zurcher Zeitung, National Geographic, etc, en especial las imágenes que obtuvo en Asia durante su estancia en Tibet y Turkestán en 1930 y siguiendo al Mahatma Gandhi por la India en 1931.

A destacar también la etapa inicial como pioneras fotoperiodistas de dos fotógrafas de talla mundial: Eva Besnyö (que realizó fotografia documental en 1929 -fotografiando con una de las 2500 cámaras Rolleiflex Original K1 611 binoculares de formato medio para película de 120 con objetivo Zeiss Tessar 75 mm f/4.5 fabricadas por Franke & Heidecke entre Enero y Julio de dicho año- a trabajadores de muelles descargando carbón de grandes barcazas, asi como a indigentes en Pest durmiendo en bancos y a campesinas que trabajaban en pueblos cercanos) e Ilse Bing, "The Leica Queen", con sus ensayos fotográficos para el suplemento semanal de la revista de noticias hecha en Frankfurt Das Illustrierte Blatt durante 1929 y 1930 realizados con camara telemetrica Leica 1 (Model A) y objetivo retráctil Leitz Elmar 50 mm f/3.5, además de ser una histórica catalizadora de la fotografía como medio de revolucionar el lenguaje visual, consiguiendo captar magistralmente momentos fugaces de la vida cotidiana mediante fotografías con iluminación ambiente que constituyen sutiles estudios de luz y sombras profundas.

- La citada fotografía en la que se ve a siete mujeres (dos de ellas con sus rostros fuera de imagen y de las cuales solo se aprecia su brazo derecho), dos hombres y tres niños pequeños, a las afueras de Cerro Muriano, durante la sobremesa del 5 de Septiembre de 1936, huyendo del bombardeo del pueblo que estaban realizando en esos momentos los aparatos de bombardeo ligero y reconocimiento Breguet XIX franquistas que habían despegado desde el aeródromo de La Electromecánica (situado al oeste de Córdoba capital, en las inmediaciones de Medina Azahara) no fue realizada ni por Robert Capa ni por Gerda Taro.

Fue hecha por Georg Reisner aproximadamente a las 15:30 h de la tarde y las mujeres, ancianos y niños que aparecen en la foto se dirigen hacia la Estación de Obejo y El Vacar. Algunos cientos de metros más adelante, Georg Reiner hizo otra fotografía aun mas dramática, aparecida en el nº 445 de la revista francesa Vu del 26 de Septiembre de 1936 y reproducida en formato cuadrado, en la que aparece una madre angustiada y aterrorizada, muy cerca de un poste telegráfico, que camina también hacia la Estación de Obejo y Cerro Muriano siguiendo la vía ferrea Cordoba-Almorchón con sus tres hijos muy pequeños, dos de los cuales avanzan delante de ella, mientras la madre con uno de sus niños en brazos, mira hacia atrás atemorizada para cerciorarse de que no hay peligro.

- Las fotografías de la exhibición This is War! Robert Capa at War no se expusieron por primera vez en la Barbican Gallery de Londres (que tuvo lugar entre el 17 de Octubre de 2008 y el 25 de Enero de 2009), sino en el ICP de Nueva York entre el 26 de Septiembre de 2007 y el 6 de enero de 2008.

- Capa y Gerda Taro nunca se casaron.

- Los milicianos anarquistas de la CNT y la FAI que aparecen en las imágenes no son en absoluto guerrilleros, ya que la guerra de guerrillas se caracteriza por hostigar al enemigo en su propio terreno mediante ataques rápidos en los que el factor sorpresa es fundamental frente a fuerzas superiores en número. Es decir, habitualmente los guerrilleros están en muy clara inferioridad numérica frente a ejércitos invasores o estatales que cuentan con un número de hombres y medios generalmente mucho mayor.

Los hombres de la CNT y la FAI que aparecen en las fotos tomadas por Capa con su Leica III (Model F 1933-1939) de 35 mm con objetivo Leitz Summar 50 mm f/2 y Gerda Taro con su Rolleiflex Standard K2 Model 622 de formato medio cuadrado 6 x 6 cm con objetivo Carl Zeiss Jena Tessar 7,5 cm f/3.8, son milicianos que ocupan posiciones defensivas en trincheras ubicadas en torno a Espejo, y se suman a fuerzas regulares de soldados republicanos y otras unidades formadas sobre todo por milicianos andaluces que también defienden el pueblo ocupando posiciones defensivas en otras zonas.

Todos ellos están bajo el mando del comandante Pérez Salas, un oficial republicano de notable preparación y enorme pericia en el manejo de la artillería.

Las fuerzas republicanas que defendían Espejo eran muy numerosas, superiores en número a las fuerzas franquistas que les atacarían aproximadamente dos semanas y media después de ser tomadas las fotos por Capa y Taro, el 23 de Septiembre de 1936 (siendo el comandante franquista Baturone frenado a dos kilómetros de Espejo por el muy nutrido fuego de fusil y de artillería de numerosos milicianos y soldados republicanos regulares, que fue dirigido con gran precisión y determinación por el comandante Pérez Salas, que sabía perfectamente que si el tabor de regulares de Melilla mandado por Baturone conseguía aproximarse a Espejo, sería imposible evitar la maniobra envolvente de la durísima infantería de choque marroquí, en 1936 desde un punto de vista militar la mejor del mundo, especialmente en la lucha en terreno con abundantes cerros y cotas, con lo cual los milicianos que defendían Espejo, pese a su elevado número, estaban en clara inferioridad de cara al combate, ya que se enfrentaban a tropas muy profesionales, con muchos años de experiencia en despiadada guerra colonial en Africa durante los años anteriores -en especial sus mandos, que tenían una enorme capacidad de adaptación en tiempo real a circunstancias adversas-.

Si a ello añadimos que los milicianos procedían de profesiones comunes como fontaneros, electricistas, zapateros, mecánicos, campesinos, albañiles, peluqueros, ferroviarios, mineros,etc, sin prácticamente instrucción militar, entrenamiento con las armas, etc, entenderemos la naturaleza muy desigual de la lucha, que si se prolongó mas de lo esperado por las fuerzas franquistas, se debió sobre todo a la citada pericia y determinación en la defensa del comandante Pérez Salas, que sabía a lo que se enfrentaba y cual sería el factor decisivo que decidiría la batalla: los tabors de regulares, junto con la legión la mejor infanteria de choque existente en aquellos momentos.

Y así ocurrió. La inmensa mayoría de tropas republicanas, tanto los soldados regulares fieles a la República como especialmente los milicianos anarquistas, defendieron Espejo con bravura, pese a lo cual la mayoría de ellos fueron aniquilados a partir del 24 de Septiembre de 1936, cuando las columnas franquistas bajo el mando de los comandantes Sagrado (escuadrón de regulares de Melilla, batallón Gran Capitán, dos centurias de Falange, un escuadrón de voluntarios de Córdoba, una sección de zapadores, una sección de guardias civiles y una batería de 75 mm) y Baturone (tabor de regulares de Melilla, una sección de zapadores, 100 requetés, una sección de guardias civiles, parte del Regimiento de Cádiz y una batería de 105 mm), consiguieron tras hacer amplio uso de artillería y aviación, lo que llevaban intentando desde el día 23 de Septiembre: la unión de ambas columnas tras duros combates en las proximidades de Espejo, preparándose para el asalto definitivo al pueblo que se inició al día siguiente, 25 de Septiembre de 1936, cuando la infantería marroquí del escuadrón y tabor de regulares de Melilla realizó rapidísimos movimientos diversivos junto con otros de intento real de envolvimiento de la cota 380 que fueron respondidos con fuego a granel por los milicianos y los soldados regulares republicanos desde posiciones más elevadas.

Dió comienzo la carnicería. Las mias (pequeñas compañías de tabor de regulares) no podían envolver. El fuego republicano de fusilería a granel y la artillería republicana manejada con impresionante pericia por el comandante Pérez Salas causan muchas bajas entre los soldados marroquís de tabor de regulares, cuya maniobra envolvente es necesaria como factor previo para que el resto de fuerzas franquistas puedan sumarse al ataque sobre el casco urbano del pueblo, de tal manera que Sáenz de Buruaga, que tiene el mando global de las columnas de Baturone y Sagrado, ordena a la 1 de la tarde un ataque preparatorio previo al asalto definitivo por parte de la aviación y la artillería, que comienzan a bombardear el pueblo y sus estribaciones este, añadiendo además una pieza de grueso calibre de 155 mm. Pese a las muchas bajas sufridas, la altísima moral de combate de los soldados marroquís hace que sigan avanzando, metro a metro, entre una lluvia de balas, hasta que el escuadrón de regulares ataca por el noroeste las debilitadas defensas republicanas bombardeadas por la aviación franquista, neutralizando su artillería y matando a los oficiales republicanos que defendían las piezas, que lucharon valientemente hasta morir. 

A partir de este instante, logicamente, los milicianos, al ver perdida la batalla, fueron presa del desánimo y cundió el panico, siendo arrolladas las trincheras y huyendo los que pudieron salvarse, entre ellos el comandante Pérez Salas, mientras el castillo de Espejo, último reducto republicano en el pueblo, fue tomado por asalto con granadas de mano y a la bayoneta.

El balance final fue de 74 muertos en el bando franquista y aproximadamente 300 en el bando republicano.

Guerrilleros fueron Juan Martín Díaz El Empecinado, El Cura Merino, los soldados del Vietcong, las harkas de Abdelkrim contra las tropas coloniales españolas y francesas en Marruecos con profusión de francotiradores ocultos que desde larga distancia causaban bajas con disparos muy precisos, los partisanos yugoslavos durante la II Guerra Mundial, la guerrilla salvadoreña del FMLN, etc.

También fueron guerrilleros los integrantes de la guerrilla antifranquista posterior a la Guerra Civil Española como Bernabé López Calle, conocido como El Comandante Abril (muerto en 1949) y Pablo Pérez Hidalgo, conocido como Manolo el Rubio, que operaron respectivamente durante los años cuarenta en las zonas de Sierra de Grazalema, Ronda, Campo de Gibraltar y Málaga, o Manuel Ponte en Galicia (muerto en 1947).

Así pues, los milicianos anarquistas que aparecen en las fotografías tomadas por Robert Capa y Gerda Taro en Espejo, no eran guerrilleros, sino hombres civiles armados ocupando posiciones defensivas estáticas en forma de trincheras y encuadrados en una especie de Ejército Popular heterogéneo, formado por milicianos de la CNT y la FAI, campesinos procedentes de diferentes provincias, soldados regulares fieles a la República, voluntarios de otros países, etc, que fue la tónica predominante durante la Guerra Civil Española entre julio y Septiembre de 1936, período en el que las milicias populares tuvieron en gran medida el poder en las zonas en las que la sublevación militar contra el gobierno de la Republica no triunfó, hasta que desde comienzos de octubre de 1936 y sobre todo a partir de 1937, los dirigentes republicanos decidieron suprimir las milicias y reencuadrarlas en unidades regulares del nuevo Ejército Popular Regular, una reorganización que no se completaría hasta mediados de 1937 y que alcanzaría su máxima operatividad durante la Batalla del Ebro en 1938.

Incluso en el caso de que los milicianos hubieran querido actuar como guerrilleros - lo cual evidentemente no fue el caso en Espejo- realizando incursiones contra las tropas franquistas, no les habría sido posible, ya que la movilidad, experiencia en combate y manejo de las armas por parte de las tropas marroquís de tabor de regulares era muy superior, con lo cual habrían sucumbido rápidamente.

- Los aviones franquistas que llevan a cabo el bombardeo de Cerro Muriano no son bimotores. Son aviones biplanos monomotores de bombardeo ligero y reconocimiento Breguet XIX con tren fijo y biplazas, equipados con una ametralladora Vickers fija en la zona delantera del calibre 7.7 mm y dos ametralladoras moviles Lewis calibre 7.7 mm en la zona trasera manejadas por el ametrallador del avion. Las bombas que lanzaron sobre Cerro Muriano eran de unos 50 kg, por lo que su efectividad era bastante reducida como comenta el propio Franz Borkenau en su obra El Reñidero Español, pero obviamente provocaron el pánico entre la población civil que huyó precipitadamente del pueblo en dirección noroeste hacia la Estacion de Obejo y el Vacar.

El 5 de Septiembre de 1936, no había en la zona bombarderos bimotores en liza por parte del bando franquista.

El único aparato utilizado como bombardero por ambos contendientes en la provincia de Córdoba en aquellos momentos era el Breguet XIX monomotor biplano (si bien la aviación republicana contó también con un número muy reducido de los aproximadamente veinte bombarderos bimotores biplanos pentaplazas Potez 540 que habían sido comprados a Francia por el Gobierno de la República Española y que se mostraron muy ineficaces), mientras que el caza utilizado tanto por republicanos como por sublevados era el monoplaza monomotor Nieuport 52 equipado con dos ametralladoras de 7.7 mm (si bien la aviación franquista contó tambien en Córdoba desde el 20 de agosto con cazas biplanos monomotores italianos Fiat CR-32 "Chirri" equipados con dos ametralladoras Breda-SAFAT de 7.7 mm ubicadas sobre la cubierta del motor y la republicana con un número muy reducido de cazas monoplanos monomotor Dewoitine D.372).

Hasta noviembre de 1936 no apareceríaan los cazas Polikarpov I-15 "Chatos" y los Polikarpov I-16 "Moscas" y hasta finales de octubre de 1936 no entraría en escena el bombardero monoplano bimotor Tupolev SB-2 "Katiuska", los tres en la aviación republicana.

- Por otra parte, no constituye primicia informativa alguna el decir que el lugar donde Capa hizo la foto era una era surcada de trincheras en la que habían instalado alguna que otra tienda o casamata de lona, ya que esta información aparece en el Capítulo 9 de la investigación de elrectanguloenlamano sobre Robert Capa en Cerro Muriano y Espejo, en nuestro texto relativo a la fotografía hecha por Robert Capa que aparece en la página 61 del libro catálogo This is War! Robert Capa at Work ICP/STEIDL y en la que se ve a once milicianos y un jefe anarquista de mayor edad - tras ellos, con gorra de plato y que tiene poder sobre los hombres de la CNT y la FAI- de pie sobre la trinchera (tres de ellos blandiendo sus fusiles agarrándolos con la mano izquierda - el primero, segundo y tercero comenzando desde la izquierda de la imagen-, mientras siete de ellos -el cuarto, quinto, sexto, octavo, noveno y décimo primero comenzando desde la izquierda- levantan sus fusiles asiéndolos con la mano derecha).

Todos estos milicianos llevan fusil Mauser Modelo 1893 calibre 7 x 57 mm, con la excepción del tercer hombre empezando desde la izquierda, que lleva un Mosquetón Mauser 1916 calibre 7 x 57 mm y que es el segundo miliciano que será impactado por bala.

El primer hombre a la izquierda del todo de la imagen es el primer miliciano que morirá poco después, de modo totalmente inesperado, debido al impacto de una bala del calibre 7 x 57 mm que le atraviesa el corazón.

Pues bien, con referencia a esta fotografía que aparece en tamaño 21.3 x 15.9 cm en la página 61 del citado libro catálogo, elrectanguloenlamano ya informó el 21 de Junio de 2009 en el Capítulo 9 de nuestra investigación sobre la presencia de tiendas de campaña en el lugar, y comentamos que a la derecha de esta imagen (que aparece también en la pagina 31 del libro Capa:Cara a Cara de editorial Aperture) se aprecian tres grandes postes de madera y una tienda de campaña tras ellos, al tiempo que se observa otro poste de madera al fondo, tras la mencionada tienda de campaña.

Además, en el citado capítulo 9 de nuestra investigación, informábamos también de que dicha tienda de campaña y los grandes postes de madera que la sujetan son igualmente visibles en el contacto del negativo de 35 mm Kodak Eastman panchromatic de nitrato -expuesto por Capa en Espejo con su Leica III (Model F 1933-1939) conectada a un objetivo Leitz Summar 50 mm f/2 no revestido- número 20, tercera imagen de la segunda tira de negativos, que aparece en la pagina 67 del soberbio libro/catálogo This is War! Robert Capa at Work escrito por el verdadero experto en Capa Richard Whelan. Tal tienda de campaña y los tres grandes postes de madera aparecen en este contacto numero 20 al fondo de la imagen en la que siete milicianos alcoyanos de la CNT y la FAI y un soldado republicano regular con casco de metal están apoyados sobre el borde delantero de la trinchera simulando disparar contra tropas franquistas.


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