lunes, 11 de junio de 2012

RAFA NADAL GANA SU SÉPTIMO ROLAND GARROS Y SE CORONA MEJOR JUGADOR DE TENIS SOBRE TIERRA BATIDA DE TODOS LOS TIEMPOS

José Manuel Serrano Esparza
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Rafa Nadal acaba de conquistar su séptimo Roland Garros venciendo en la Final a Novak Djokovic en cuatro sets por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5 tras un durísimo partido de 3 horas y 49 minutos, jugado entre el domingo 10 y el Lunes 11 de Junio de 2012, y que ha constituido una de las más formidables batallas desde el fondo de la pista jamás disputadas.
  

Una proeza sin precedentes en la Historia del Tenis Mundial, con la que este extraordinario deportista español supera la marca de séis entorchados parisinos que compartía hasta la fecha con el sueco Bjorn Borg, pionero del juego liftado desde mediados de los años setenta.

Desde sus primeros compases, el partido que se inició el Domingo fue una auténtica lucha de titanes entre los dos mejores jugadores del mundo, que se esforzaron al máximo por conseguir la victoria: Djokovic en busca de su Grand Slam y Nadal en pos de su séptimo Roland Garros, lo cual consiguió tras dejarse literalmente la piel frente a un Novak Djokovic que lo dió todo y siempre conseguía resurgir cuando se hallaba al borde de la derrota, merced a su talento y a la enorme contundencia y precisión de sus potentísimos golpes de fondo de pista, tanto de drive como de revés.

Pero Rafa Nadal confirmó una vez más algo de sobra conocido desde hace años: es el mejor jugador sobre tierra batida de la historia,


una auténtica máquina en posesión del mejor drive de toda la historia del tenis, que maneja con una potencia y precisión  asombrosas, merced a su extraordinaria capacidad física, que le permiten impactar la bola con tremenda velocidad, imprimiéndola una carga de efecto liftado muy superior a la de los demás Top Ten del Circuito ATP merced a la descomunal potencia de su brazo izquierdo.

Y es que el manacorí es una auténtica fuerza de la naturaleza de 1´85 m de estatura y 86 kg de puro músculo (14 kg más que Bjorn Borg, que medía 1´80 m de altura y pesaba 72 kg en el momento álgido de su carreta entre 1976 y 1981), que combina una increíble potencia y precisión de golpes con una capacidad física y resistencia a la fatiga propias de un decatleta olímpico, lo cual le permite jugar al mismo nivel desde el primer hasta el último juego de los cinco sets en los torneos de Grand Slam y llegar a bolas inalcanzables para otros jugadores, gracias a su gran velocidad de movimientos y sentido de la anticipación.


Por si todo ello fuera poco, Rafael Nadal se somete desde los albores de su carrera a sesiones diarias de muchas horas de entrenamientos intensivos, realizando una amplísima gama de ejercicios enfocados a adaptar su cuerpo a las muy exigentes condiciones del Circuito ATP (con constantes viajes por todo el mundo, calendarios sin descanso y cambios de superficie que tensionan al máximo el equilibrio muscular de los jugadores) y desarrollando diversas brutales rutinas de trabajo compensatorio centradas en zonas concretas de su anatomía, enfocadas a evitar desequilibrios corporales y todo tipo de lesiones que siempre acechan a los tenistas, en especial las de hombro.

Ello tiene como resultado el que Nadal combina una coordinación muscular y fuerza explosiva sin parangón en el tenis mundial, complementadas con una totalmente insólita capacidad motriz para su altura, peso y musculatura y un fondo físico (50 pulsaciones por minuto en reposo y 72 mm de oxígeno consumido por minuto y kilo) comparable al de un atleta de maratón o ciclista profesional especializado en etapas de montaña.

Hasta la fecha, en toda la historia del tenis, únicamente el sueco Bjorn Borg (72 kg) había reunido tales cualidades de velocidad de movimientos y resistencia a la fatiga, pero Nadal (86 kilos) es físicamente superior a Borg en todos y cada uno de los parámetros evaluables, y sobre todo, posee una potencia y precisión de golpes mucho mayor, especialmente con su drive, así como una muy superior volea, tanto de drive como de revés

Rafael Nadal es el Robocop de la ATP, que utiliza con gran maestría su raqueta high-tech Babolat Aeropro Drive GT de grafito/tungsteno y cordaje RPM Blast 135/15 a 25 kg para enviar constantes tiros ganadores de gran potencia y precisión apuntando a las líneas o bien superando a los jugadores que le suben a la red mediante sus fabulosos passing-shots, tanto de drive como de revés, tal y como sucede en este ejemplo:

1) Novak Djokovic acaba de subir a la red sobre el revés de Nadal, que aguarda el bote de la pelota mientras la mira fijamente y comienza a flexionar para adoptar la mejor posición posible antes de golpear la bola con su revés a dos manos, apoyando la mayor parte de su peso sobre la pierna izquierda.
           
2) Justo tras el bote de la bola, el cuerpo de Nadal adquiere una notable tensión. Ha girado su torso y cadera hacia atrás, al igual que su raqueta, en movimiento previo al golpeo de bola. Nadal continúa mirando la pelota fijamente.

3) La cadera izquierda y hombro izquierdo de Nadal se hallan perpendiculares a Novak Djokovic, mientras que la raqueta del jugador español está atrás del todo y a punto de iniciar su vertiginosa trayectoria hacia adelante justo antes del golpeo de pelota, a la que Nadal sigue mirando fijamente. La tensión en el cuerpo de Nadal aumenta todavía más, con toda su explosividad latente pero aún sin manifestarse.

4) Momento clave de la jugada. Novak Djokovic intenta adivinar la trayectoria que Rafael Nadal va a imprimir a la bola, tratando de discernir si el passing-shot va a ser paralelo o cruzado. El manacorí esconde el golpe hasta el último momento. Ambos se conocen muy bien. El stress es notable, tanto sobre la pista como en las gradas y máxima la concentración de ambos jugadores.

5) Milésimas de segundo después, Rafael Nadal impacta la pelota con una tremenda potencia y carga de liftado. Ha elegido el passing-shot cruzado. Novak Djokovic, con sus piernas totalmente en tensión y apoyadas sobre la punta de sus pies buscando la máxima movilidad en la red, ha adivinado la intención del jugador español en el último momento.

6) Rafael Nadal acaba de impactar la bola. Su explosividad motriz y muscular ha estallado en una fracción de segundo. Su cuerpo, completamente apoyado en su pierna izquierda, refleja máxima convulsión y esfuerzo al impactar su revés a dos manos. Su raqueta está ya detrás de la parte izquierda de su cabeza. La velocidad de la bola es enorme, al igual que la carga de topspin. Novak Djokovic mira la bola y trata de rectificar su posición hacia la izquierda, tratando de llegar con su volea de revés a la pelota que le envía Nadal.

7) La raqueta de Nadal está ya atrás del todo, habiendo finalizado toda la fase de pregolpeo, golpeo y post golpeo de su revés liftado a dos manos. La bola continúa avanzando a gran velocidad hacia campo de Djokovic, que sigue mirando la pelota y es ya plenamente consciente de que Nadal ha optado por trayectoria cruzada en su passing-shot.

8) El jugador serbio se esfuerza al máximo por llegar a la bola de Nadal (que avanza a unas 4000 rpm), estirando su brazo derecho y tratando de conectar su volea de revés, pero la enorme velocidad de la bola hace que Djokovic no pueda llegar a tiempo.

9) El tremendo passing-shot cruzado con revés a dos manos de Rafa Nadal tiene finalmente un efecto devastador y supera claramente la subida a la red de Novak Djokovic, hasta tal punto que a pesar de haber adivinado la trayectoria de bola de Nadal, cuando el jugador serbio tiene colocada su raqueta para volear de revés, la pelota está ya varios metros tras él, muy cerca de la raya de fondo.

Rafael Nadal ha conseguido algo que tiene un enorme mérito y que se consideraba poco menos que imposible: superar sobre tierra batida no sólo la marca de séis Roland Garros obtenida por el sueco Bjorn Borg en 1974, 1975, 1978, 1979, 1980 y 1981, sino su juego de fondo de pista: el drive liftado con empuñadura full Western de Nadal es el mejor de todos los tiempos, superando con creces, tanto en potencia como en precisión, al de los más destacados especialistas históricos en este golpe, como John Newcombe (plano), Rod Laver (plano), Bjorn Borg (liftado), Ivan Lendl (plano), Roger Federer (liftado) y otros, abriendo unos ángulos excepcionales incluso en las circunstancias de partido más extremas.


Nadal posee una velocidad de impacto de bola con drive liftado de 3200 rpm, frente a las 2700 rpm de Roger Federer, pero en los puntos decisivos o en momentos de máximo peligro, Nadal puede impactar la bola con su drive a 5000 rpm. Es decir, es capaz de golpear la bola con una brutal carga de liftado y con mayor fuerza que los jugadores más potentes con drives planos, pero con muy superior control y precisión.

Pero además de su drive, convertido en auténtica arma letal, RAFAEL NADAL, hombre de gran autodisciplina, capacidad de trabajo y enorme nivel de autoexigencia, ha mejorado muchísimo a base de esfuerzo y tesón su nivel de tenis con el paso de los años, y posee en la actualidad el mejor revés liftado a dos manos del circuito, con el que también puede dominar los puntos y fases decisivas de los partidos en cualquier momento, habiendo desarrollado además un muy buen revés cortado a una mano que realiza a la perfección flexionando al máximo y que le permite ganar unas décimas de segundo preciosas en momentos de apuro cuando el rival lleva la iniciativa y le hace correr tras haber  impactado dos o más bolas cerca de las líneas, sin olvidar una gran fuerza en su muñeca

Igualmente, su servicio ha experimentado una notable mejora en cuanto a potencia y colocación.

Obviamente, Nadal es un jugador esencialmente de fondo de pista, y por tanto su servicio no posee la tremenda pegada de históricos cañoneros de la puesta en juego como Pancho Gonzalez, Roscoe Tanner, Steve Denton, Kevin Curren, Boris Becker, Pete Sampras, Marc Phillippousis, Goran Ivanisevic, Roger Federer, Andy Roddick, Ivo Karlovic y otros, pero es un servicio cortado (muy similar al que desarrollara Bjorn Borg a partir de 1975) con la suficiente contundencia y sobre todo colocación que le permite llevar la iniciativa en el juego e incluso hacer aces en momentos clave, además de esconder bastante bien hasta el último momento la trayectoria que va a imprimir a la bola.

Por otra parte, tanto la volea de drive como de revés de Rafa Nadal es hoy por hoy muy superior cualitativamente a lo habitual en los jugadores de fondo de pista, se ha convertido en un arma fundamental de su repertorio, y gana con ella muchos puntos importantes en momentos clave. 

Tampoco hay que olvidar - y ésto tiene un enorme mérito - que Rafa Nadal (jugador formado en pistas de tierra batida) ha conseguido ya desde hace bastantes años rendir igualmente a un altísimo nivel sobre la hierba de Wimbledon (donde ha ganado ya dos títulos, en 2008 y 2010) y en pistas rápidas (ganador del U.S Open en 2010 y del Open de Australia en 2009), al haber incorporado a su repertorio una muy buena volea tanto de drive como de revés, mejorada a base de mucho esfuerzo y entrenamientos, ya que Rafael Nadal aúna la más completa gama de golpes de fondo de pista del mundo caracterizados por su impresionante potencia y colocación con una acreditada capacidad para los toques sutiles cuando se halla cerca de la red e incluso notable habilidad para la realización de dejadas con las que romper el ritmo de sus adversarios, sin olvidar que - al igual que ocurría con Rod Laver durante los años sesenta- Nadal posee una enorme fuerza en su muñeca y antebrazo que le permiten impactar la bola con tremenda potencia y precisión, incluso en plena carrera, tanto de modo paralelo como con tiros cruzados, con la permanente alternativa de utilizar sus famosos "banana shots" (por ejemplo, en 2:56 de este video) repletos de efecto lateral que hacen que la pelota describa una trayectoria externa a la red, superando al rival que le ataca con intención de volear, y acto seguido penetre progresivamente en pista.

La raqueta high-tech Babolat Aeropro Drive GT de grafito/tungsteno y encordada a 25 kg es un arma letal en manos de Rafael Nadal.

Esta enorme versatilidad y plena adaptación del juego de Rafa Nadal a pistas de tierra, hierba, cemento y Deco-Turf 2, le han permitido ganar decenas de torneos en todo tipo de superficies y nada menos que once títulos de Grand Slam hasta la fecha (Roland Garros 2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011 y 2012, Wimbledon 2008 y 2010, U.S Open 2010, y Open de Australia 2009 ), habiendo superado ya con creces a Ivan Lendl (jugador polivalente que conquistó ocho Grand Slam: Roland Garros 1984, 1986 y 1987, el U.S Open en 1985, 1986 y 1987 y el Open de Australia en 1989 y 1990), igualando a Bjorn Borg (ganador de 11 Grand Slams: Roland Garros 1974, 1975, 1978, 1979, 1980 y 1981 y Wimbledon 1976, 1977, 1978, 1979 y 1980, pero que nunca pudo ganar ni el U.S Open ni el Open de Australia) y estando ya muy cerca de superar a los dos jugadores históricamente referentes en esta faceta de conquistar títulos importantes tanto sobre pistas de arcilla como hierba y cemento : Roy Emerson (vencedor en doce torneos de Grand Slam (Wimbledon 1964 y 1965, Roland Garros 1963 y 1967, U.S Open 1961 y 1964 y Open de Australia en 1961, 1963, 1964, 1965, 1966 y 1967) y Rod Laver (Wimbledon 1961, 1962, 1968 y 1969, Roland Garros 1962 1 1969, U.S Open 1962 y 1969 y Open de Australia 1960, 1962 y 1969), e intentar alcanzar en los años venideros a Roger Federer, que sigue siendo el monarca absoluto en títulos de Grand Slam sobre todo tipo de superficies, cons sus nada menos que 14 Grand Slams (Wimbledon 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2009, Roland Garros 2009, U.S Open 2004, 2005, 2006, 2007, 2008 y el Open de Australia 2004, 2006, 2007 y 2010).

Pete Sampras, uno de los más grandes jugadores de la historia ganó también 14 Grand Slams (7 Wimbledons, 5 U.S Opens y 2 Opens de Australia), pero nunca pudo vencer en Roland Garros. 

Por otra parte, Nadal siempre lucha a muerte cada punto y los rivales saben que habrán de morir sobre la pista para ganarle, ya que su fuerza mental es enorme y además sabe muy bien como jugar los puntos importantes.

La final de Roland Garros disputada entre ayer Domingo y hoy Lunes entre Rafa Nadal y Novak Djokovic ha sido uno de los más grandes partidos de tenis de la historia, sin llegar al nivel de la final de Wimbledon de 1980 entre Bjorn Borg y John McEnroe o la final de Wimbledon 2008 con victoria de Rafa Nadal sobre Roger Federer, pero con unos niveles de tensión, expectación, frecuentes puntos de altísimo nivel y sobre todo una batalla despiadada llevada a cabo desde el fondo de la pista a un ritmo demencial de principio a fin de la contienda y en la que ambos jugadores lucharon al límite de sus posibilidades físicas, desplegando ambos su inmenso talento tenístico y protagonizando un brutal duelo artillero desde fondo de pista, golpeando la bola con gran potencia y precisión, tanto de drive como de revés, y apuntando constantemente a las líneas.

No se veía algo parecido en el ámbito del tenis desde los inolvidables partidos Bjorn Borg-Jimmy Connors desde el fondo de la pista en las finales del U.S Open de 1976 y 1978 (con victoria de Connors), las Finales de Wimbledon de 1977 y 1978 (con victoria de Borg), y la Final del Masters de 1977 (con victoria de Jimbo), en las que ambos jugadores tocaban constantemente las líneas con sus potentísimos tiros (Borg liftados y Jimmy Connors sobre todo con su devastador revés plano a dos manos).

Y finalmente, ha prevalecido la mayor fortaleza mental y frescura física de Rafael Nadal en los momentos decisivos, tras desarrollar un gran juego durante todo el torneo (únicamente ha perdido un set - ante Djokovic, en la final - ) que ha culminado hoy con este séptimo título de Roland Garros que corona al tenista español sin ningún género de dudas como el Mejor Jugador sobre Tierra Batida de toda la Historia del Tenis.

Ahora, la gran pregunta que se hacen los buenos aficionados al tenis es si Rafa Nadal podrá recuperar el Número 1 de la ATP que ostentó durante los últimos años y que perdió en 2011 en favor de Novak Djokovic, que es en estos momentos todavía el Número 1 del Circuito y el jugador a batir sobre pistas rápidas.

No será fácil, pero parece claro que Rafa Nadal es capaz de todo.


De hecho, el séptimo título de Roland Garros que acaba de conseguir es una de las mayores gestas en toda la historia del deporte mundial.